Un portón grande y antiguo, de madera, es la entrada a la casa de Julián Coronel, lugar donde se readecuó el restaurante que lleva su nombre, Casa Julián, que está junto al Hotel del Parque, que funciona en el edificio del Hospicio Corazón de Jesús, ambos ubicados en el Parque Histórico Guayaquil y que están a cargo del grupo Oro Verde.

Julián Coronel, el propietario de la vivienda, fue un reconocido médico de la época. La casa, que data de 1900, estuvo primero en la avenida 9 de Octubre y Malecón y fue recibida en donación por el Banco Central en 1987 y trasladada a su actual ubicación.

El lugar es amplio, acogedor y con mucha luz durante el día debido a la cantidad de ventanas que permiten el paso de los rayos del sol y dejan a la vista un paisaje relajante, con un lago y árboles frondosos.

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Por dentro la decoración con cortinas de papagayos, que combinan con la tonalidad verde de las paredes, contribuye a crear una experiencia gastronómica diferente, “que a más de ofrecer platos de autor basados en las recetas criollas ecuatorianas, busca contar historias que hagan sentir las costumbres y tradiciones del lugar al que pertenecemos”, dice Juan Carlos Ordóñez, el chef.

El menú
El restaurante, que abrió sus puertas a inicios de este mes, ofrece un menú con unas 30 variedades, sin contar con el menú de degustación que ofrece cinco platos acompañados con una bebida. Este menú tiene una particularidad, cada plato va acompañado de un amorfino escrito en la carta, y que ha sido adaptado según la comida, por ejemplo: un cebiche de mariscos de Jipijapa, con una marinada cítrica, con aguacate y maní, está asociado a un amorfino que dice: ‘Mi negra hermosa, todo mi amor es para ti, tan fresco como el limón y rico como el maní’.

Otra opción es costillar de cerdo con moro negro cremoso y vinagreta caliente de caña y naranjas, que está ligado al amorfino que dice: ‘Allá arriba del cerro tengo fréjoles y una chancha preñada, cada vez que la veo se me parece a mi cuñada’.

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“Estas creaciones culinarias se basan en las recetas tradicionales de nuestra comida típica, pero con un toque diferente no solo en el sabor, sino en la cocción. Algunos están inspirados en la memoria de lo que alguien solía comer de pequeño, en mi caso yo he incorporado algunos secretos de platos que comía en mi infancia”, dice Juan Carlos.

En cuanto a los platos regulares de la carta hay entradas como una humita crocante con queso de cabra, chorizo colorado y jalea de ají con tomatillo a $ 14, o cebiches de sabores variados como uno a base de camarones, atún, y pulpo Jipijapa, con marinada de cítricos, aguacate y maní tostado, a $ 17.

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Como plato fuerte se recomiendan los langostinos encocados con corviche de maduro pintón y coco prieto, a $ 23; o un lomo con yucas crocantes y bernesa criolla, a $ 25.

Además de los platos hay detalles que también transmiten parte de la cultura, por ejemplo, las canastas donde sirven el pan son traídas de Montecristi (Manabí) y tejidas a mano. También hay cigarros que vienen de Quevedo (Los Ríos).

Actualmente la atención del lugar es solo para cenas con reserva previa. Próximamente habrá brunch y servicio de té. (E)

Dónde: Parque Histórico Guayaquil, en el km 1,5.

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Atención: De lunes a domingos, desde las 19:00 hasta las 23:00.

Reservas: 500-0111 ext. 7011 o al 098-645-3037.