“El atropello” en medio de una “furia creadora” fue la característica del proceso de realización del nuevo disco de Joaquín Sabina Lo niego todo. Así lo comenta el cantautor español que está ya en Quito para el concierto que dará mañana en el Coliseo Rumiñahui, a partir de las 20:00, justamente para presentar su reciente producción y recordar viejas canciones.

Sabina participó ayer de un conversatorio con medios en el que explicó cómo llegó el disco, luego de ocho años de no haber publicado canciones nuevas.

Para Sabina se trata de uno de sus proyectos más colectivos que empezó con una carta que le había escrito José Miguel Cornejo (Leiva), productor del disco, en la que le decía que no quería morirse sin hacer un disco suyo. Así, cerca del mar en Cádiz, Leiva, Benjamín Prado (poeta) y Sabina produjeron el nuevo material. Fue “en una casita de verano que tenemos y nos pusimos a escribir, casi sin dormir. Fue un proceso que me rejuveneció mucho y del que estoy todavía encantado”, asegura. Con su modo coloquial y apasionado cuenta que la creación de las letras fue difícil pero hermoso: “Con Benjamín Prado nos hemos peleado a gritos y con cuchillo en mano por una coma, por una tilde, por un acento”. Explica que al escribir con un poeta tan talentoso le obligó a ser más riguroso.

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El concierto traerá ritmos nuevos logrados a través de una amalgama con músicos jóvenes. Habrá siete músicos en escena e imágenes de sus propios dibujos, publicados en un libro denominado Garabatos.

En el conversatorio también se refirió al conflicto con Cataluña y se declaró totalmente en contra de crear más fronteras, y aseguró que los grandes males de Europa han venido de la mano del nacionalismo. (E)