El Ballet Nacional de Ecuador tiene lista su gala para celebrar sus 37 años de trayectoria artística, con dos presentaciones que tendrán como número central la obra Días de locura, una producción coreográfica del maestro chileno Jaime Pinto. Las presentaciones de aniversario serán el próximo lunes 31 de julio y el martes 1 de agosto, desde las 19:30, en el Teatro Nacional de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión. El montaje Días de locura se gestó durante tres meses, con la participación de los cuatro elencos artísticos que conforman el Ballet Naciona.

El maestro Rubén Guarderas, director del Ballet Nacional de Ecuador, está feliz con este nuevo aniversario.

¿Cómo está el ballet para celebrar sus 37 años?

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Bastante bien. Seguimos trabajando intensamente. Tenemos una propuesta renovadora, que significa ir creando inquietudes. Vamos a poner a los cuatros elencos del ballet en el escenario, eso significa tener a 76 bailarines en escena.

Es un reto grande...

Sí. Y es que cada uno de ellos tiene su propio estilo, pero en el fondo hay una acción que nos integra, que nos comunica y ese es el movimiento, un lenguaje universal. Bueno, todo esto es un trabajo de varios años.

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La obra que está propuesta se llama Días de locura. Y esto suena a intensidad...

Días de locura es más bien un recuento de lo que fueron los años 20 del siglo pasado cuando el mundo salía de la Primera Guerra Mundial, había una necesidad de que el ser humano se exprese, se comunique y rompa con ese trauma que fue el haber tenido tantos muertos, tanta masacre. Y así nace esta obra con el charlestón, el jazz, con esas visiones de bailes de la época. Por esos días, además, Broadway (camino ancho) nace en Nueva York (EE.UU.) con una gran exuberancia para hacer obras de gran movimiento, de gran contenido de mucha alegría, festejo, celebración, de intensidad del ser humano expresado en el espacio escénico.

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Es una obra de gran duración y contenido diverso...

El espectáculo dura una hora y media. Hacemos un introductorio corto de seis minutos, en el cual participan los cuatro elencos del ballet y los 20 mejores alumnos que tiene el colegio de artes. Y es que también tenemos un colegio de artes, Metro Danza, en donde estamos formando a nuestros propios bailarines.

Una presentación como la que están preparando parecería cotidiana, pero ¿no es así?

No... no, no es así. Lo que vamos a presentar por nuestro aniversario es un trabajo muy metódico, de gran creatividad y, sobre todo, de mucho esfuerzo porque es difícil integrar al unísono a 76 bailarines. Estuvo con nosotros durante tres semanas el maestro chileno Jaime Pinto, uno de los grandes coreógrafos de Latinoamérica y nos dejó esta obra que, de seguro, tendrá éxito.

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¿A usted le gusta la obra?

Me fascina la obra porque permite a los bailarines mostrar a cabalidad su capacidad expresiva, su capacidad de comunicación con el público. Los bailarines han estado muy entregados con la obra y estarán muy integrados con el público durante las presentaciones.

¿Qué significan para usted estos 37 años del Ballet Nacional de Ecuador?

Que hemos crecido y hemos desarrollado muchísimo. El ballet nació con seis bailarines (en 1980). Y este rato tenemos más de 70.

¿Dónde están ahora los seis bailarines?

Cinco estamos aquí, en el ballet: Camila Schmidt, César y Jaime Orbe, Ramón Sulen y yo. Falta Rocío Silva, una compañera peruana que se casó con un pintor italiano en el Ecuador y se fueron a vivir a Italia. Y allá están muy bien. Una de las grandes ventajas que ha tenido el Ballet Ecuatoriano de Cámara es haber tenido desde el inicio bailarines que ahora siguen trabajando como maestros y como coordinadores de los elencos.

¿Siente que usted debe jubilarse ya?

No, no. Todavía hay mucho que hacer por la danza, Debo ir preparando los relevos. Es difícil la administración. Lo sé por experiencia propia. Uno de mis grandes renunciamientos fue haber dejado de bailar muy joven para dedicarme a la administración y al proceso de abrir camino para desarrollar, financiar, tener a los bailarines profesionalmente, con una paga mensual; todos nosotros vivimos de las remuneraciones en el área artística, técnica, administrativa, de promoción, etc. (I