En 2001 el bailarín guayaquileño Jorge Parra puso en escena Observadores nocturnos. En aquella época y con esa obra el artista fue reconocido en Quito como el mejor intérprete masculino en cuanto a danza contemporánea se refiere. Ahora esta pieza, que ha sido renovada, regresa a las tablas, pero esta vez será el Teatro Sánchez Aguilar (TSA), en la av. Samborondón, el que la reciba.

“Tiene mucho significado para mí el concepto artístico de la obra porque se basa en todas las tradiciones de las culturas precolombinas de la Costa, pero esta vez la obra ha trascendido a un nivel mucho más contemporáneo y está cruzada por lenguajes visuales”, dice Parra, quien intervendrá en esta propuesta de Zona Escena, la agrupación que dirige.

Agrega que el concepto coreográfico de esta obra, que se estrena a las 20:30 de hoy en la sala principal del TSA, se ha “hibridado” de tal manera que hasta se decidió incluir danza aérea y una diversidad de efectos visuales y musicales a cargo de Jackson Tenesaca y Toño Cepeda, en su orden.

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Con esta obra se abre la muestra coreográfica de Fragmentos de Junio, que este año llega a su decimoquinta edición y que su creador –Parra– considera como la más grande de todas. “Lo que ha significado estos años del festival es que hemos desarrollado un formato de gestión que nos ayuda y que se hace mucho con el apoyo de los artistas nacionales e internacionales”.

Explica que desde la organización, que cuenta con fondos de Iberescena, el Ministerio de Cultura y Patrimonio y el Municipio de Guayaquil, se han enfocado fundamentalmente en dos aspectos: la promoción de espectáculos de corte contemporáneo, que en su mayoría están en el TSA, y la programación de residencias artísticas desde inicios de mes.

La UArtes, el ITAE, el MAAC y El Altillo son los espacios en los que también se verá los shows de Fragmentos de Junio. (I)