(Publicado originalmente en La Revista del 19 de febrero del 2017)

¿Estuvo nominada a cuatro premios Óscar y solo logró uno en la categoría mejor actriz de reparto (Viola Davis), pero Fences ha logrado buenos comentarios de la crítica. El filme, dirigido y protagonizado por el dos veces ganador de un premio de la Academia, Denzel Washington, está ambientado en la ciudad de Pittsburg de los años cincuenta y retrata la vida de Troy (Washington), un trabajador del sistema de recolección de basura que en su juventud soñó con ser un beisbolista profesional, pero era una época en que la primera división de ese deporte en Estados Unidos no admitía jugadores negros, y cuando empezó a admitirlos, Troy era demasiado mayor para dedicarse al béisbol. De allí tuvo que conformarse con una vida sin lujos y, aunque se esfuerza por ser un buen esposo y padre, no se ha despojado del todo de su sueño truncado, lo que lo lleva a adoptar una decisión que amenaza con disolver la tranquilidad familiar.

Fences (vallas, en español) originalmente era una obra de teatro de Broadway de los 80 y logró ganar varios premios Tony (en ese entonces con James Earl Jones como protagonista) y un Pulitzer. El guion de la película, basado en la obra de August Wilson, fue escrito por Tony Kushner, autor de Angels in America.

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Washington y Davis se reservan el papel protagónico tal como lo hicieran sobre las tablas en 2010 bajo el libreto del fallecido Wilson (en 2005), pero trasladar una obra de estas características a la gran pantalla exige otro tratamiento, algo que el actor quiso plasmar en su tercera película como director, realizada casi una década después de la última, The Great Debaters. “August fue un escritor brillante que está a otro nivel, y ha sido un privilegio y un honor haber podido participar en llevar la historia a la gran pantalla. Ha sido el mejor material con el que he trabajado en toda mi carrera, incluso como actor. Wilson nos dio todo lo que necesitábamos para contar la historia”, dijo Denzel, ganador de un Tony en 2010 justamente por la versión de Fences en Broadway.

La película también refleja la situación política y social de la década de 1950, pero sobre todo trata de lo que sucede luego de que alguien decide no apoyar a otro a alcanzar un sueño. “En el caso de Troy habría que preguntarse si el sueño roto tuvo que ver con el béisbol o con la forma en que su padre lo trató de pequeño. Lo que me gusta de Fences es que esa respuesta, como ocurre con la vida misma, no es tan sencilla”, resaltó Washington, quien, en la vida real, quiso convertirse en jugador profesional de fútbol americano.

En el filme se respira el racismo inherente a la época y Washington declaró que él no ha estado lejos de eso: “Yo lo he vivido. Yo he sido aquel que ha estado en la premiación sin que mencionen mi nombre. He estado también cuando todos los asistentes pensaban que sería el ganador y no fue así. Yo lo he vivido”, respondió el actor.

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Viola es Rose
En 2015 se convirtió en la primera actriz negra en llevarse un Emmy a mejor actriz de drama por la serie de televisión Cómo defender a un asesino. Y, la gran Viola Davis deja su huella en Fences, tal como lo confirmaran el Globo de Oro y Óscar –entre otros premios– que se llevó a casa por su papel de Rose, la esposa de Troy. “A ella la veo como una mujer completa. Llamarla una mujer sola que sufre sería negar, reducir su poder. Ella va en un viaje que no se espera en lo absoluto; pasa de estar al fondo a expresar el dolor que siente después de sufrir un trauma a trabajarlo para bien. Y, al final, pasa a hacerse responsable y, finalmente, perdonar. Eso para mí es un viaje completo”, dijo Viola a varios medios.

De los sueños y limitaciones, la oscarizada actriz dijo: “Las grandes barreras son las que tenemos con nosotros mismos. La de Rose es negarse a sí misma en su vida y darle todo el poder y fuerza a su marido. La barrera que Troy tiene es pensar en sí mismo y no entender que la gente que lo rodea lo ve como el centro de su universo”.

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Fences trata sobre Troy, pero al final, uno se da cuenta que la figura de Rose es demasiado relevante. Para Viola, August Wilson le enseñó que “como afroamericanos, nuestras vidas importaban. El cuidador de caballos, el portero, la gente que creció bajo la pesada bota de Jim Crow (leyes, entre 1876 y 1965, que promulgaban la segregación racial). Las personas que no están en los libros de historia tienen algo qué contar y eso merece ser conocido porque las vivieron”, afirmó la intérprete de 50 años, ganadora también de un Tony por la versión teatral de Fences en 2010.

Según Davis, “el problema con la pobreza radica en que te comienza a afectar la mente y el espíritu porque eres invisible para la gente. Pasar por todo aquello me permite valorar mucho y apreciar lo que ahora tengo. Un jardín, una casa, tuberías en buen estado, una nevera llena, eso que la gente siempre da por sentado, yo no lo tuve”, finalizó. (A.C.J.) (E)