¡Hay que estar pilas! Con los ojos bien abiertos. Porque cualquiera que camine por el circuito ecoturístico El Colibrí, que se extiende a lo largo del río Ayampe, tiene excelentes oportunidades de observar a la segunda ave más pequeña del mundo: el estrellita esmeraldeña (Chaetocercus berlepschi).

Es un picaflor minúsculo que anuncia su llegada con el sonido del aleteo de sus alas, similar al de un abejorro, y que sorprende con su bello plumaje (¡plumitas!) de tono verdoso con el cuello adornado de destellos lila.

Observarlo es uno de los premios para los turistas que llegan al sur de la provincia de Manabí, zona que se luce por acoger poblados con una fuerte identidad turística, y que suelen ser el punto de partida hacia la tradicional excursión náutica a la isla de Salango (con snorkeling), que sigue siendo su producto estrella.

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Pero hay mucho más. Hicimos el recorrido para comprobarlo. Solo una recomendación: llevar repelente contra mosquitos en las zonas de naturaleza.

Personajes de Ayampe

Ese balneario tiene hospedajes que resultan conocidos, como La Tortuga, Finca Punta Ayampe, Cabañas de la Iguana, Surf La Buena Vida, Spondylus Lodge y Orishas (hay varios más), pero también existen otros negocios que le brindan mayor vida a este destino costero tan agradable.

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The Barn. Queda diagonal al hotel La Tortuga. El fotógrafo guayaquileño Anders Bjarner (098-005-1331) es uno de los propietarios de este negocio familiar que, inaugurado el 15 de octubre anterior, combina tres actividades. La principal es la dulcería. Anders y su mamá son los chefs de manjares como la torta mojada de chocolate y manjar y la torta de zanahoria con piña y coco. El segundo negocio es la venta de ropa femenina de playa, que producen su abuela (Alba), su mamá (Pía) y su hermana (Dana). Y el tercer propósito es la elaboración y venta de adornos con cactus, para lo cual trabaja con su enamorada, Ana Arias. “Todos eran productos que elaborábamos en la casa para ferias, pero decidimos abrir el local”. Y para después del carnaval comenzará a concretar una exposición de sus fotografías de la naturaleza.

La Otra Ola. La canadiense Vanessa Lavigne, nativa de Alberta, es la propietaria de este negocio abierto hace 6 años (05-257-5017). “Nuestro propósito es alimentar el cuerpo, la mente y el espíritu de los visitantes”. Para el cuerpo brindan clases de surf, para la mente enseñan español a los extranjeros y para el alma ofrecen sesiones de yoga (diariamente, de 09:00 a 10:30, excepto domingos, $ 10). “No tenemos hospedaje. Somos, más bien, un complemento a la oferta de los hoteles de Ayampe, para que los turistas tengan opciones para disfrutar de su tiempo”, dice ella. El local se complementa con una cafetería con café orgánico, té, muffins, helados y jugos, y una línea de productos naturales, como bloqueadores de sol y aceite de palo santo, bajo la marca Naturaleza.

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Delicias de Galván. Este restaurante de mariscos también queda muy cerca. Es de propiedad de Fernando Galván (098-016-3825), un colombiano enamorado de esta tierra que conoció casi por accidente. “Estaba en el terminal terrestre de Guayaquil y vi un bus que decía Ruta de Sol. Eso es lo que estaba buscando, un lugar lejos de las grandes ciudades”. Funciona desde las 18:00 para veladas nocturnas con especialidades como el dorado en salsa de mariscos), la langosta al ajillo o la hamburguesa de pescado. También brindan hospedaje. “Con mi familia ahora tengo la vida que siempre quise”.

Llegando a Las Tunas

En las afueras del poblado operan reconocidas hosterías, como La Barquita, Vieja Mar, Azuluna, Tsafiki y Equus Erro.

Hostería Equus Erro. Sol Damerval, propietaria (05-234-7081), indica que su fuerte son los paseos a caballo, actividad muy solicitada por los turistas. La playa es la pista de las cabalgatas, siempre con la compañía de guías capacitados ($ 20 la hora). Y a partir de mayo planean ofertar, tal como lo hacen todos los años, excursiones en la playa para monitorear la incubación y eclosión de huevos de tortugas marinas de tipo carey, ya que esta playa es frecuentada por esa especie.

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En el malecón. En el poblado de este tranquilo balneario hay un malecón de unos 500 metros de extensión, donde operan unos pocos restaurantes y hostales, y que en ocasiones solo es transitado por los surfistas locales que llegan para disfrutar de esta amplia playa. Allí encontramos a doña Miriam Plúas, propietaria de Cabañas Mirada al Mar (05-234-7011), uno de los hostales más antiguos, en la esquina de la calle principal y el malecón. “Las Tunas es destino de relax. Eso es lo especial”, indica. Mientras, su vecino Agapito Flores (098-314-8257) destaca nuevamente las cabalgatas. Él alquila a los caballos para paseos para recorrer la playa, o para ingresar a la montaña y la orilla del río.

El sabor de Salango

Los paseos continúan en la cercana Salango. Ivo Gutiérrez (099-185-1812) y Sergio Acuña (098-640-0119) son nuestros guías para conocer el sendero de La Playita, un recorrido que lleva a una de las playas más escénicas del sur de Manabí.

El trayecto dura como 40 minutos en la montaña, pero termina con la recompensa de sentir un chapuzón en esas tibias aguas azuladas. Esta playa es también sitio de desove de las tortugas marinas, por lo cual la fundación Equilibrio Azul trabaja en el monitoreo de ellas. Por esa razón, el acceso es restringido y solo con guianza. Allí cerca hay un mirador que permite una vista panorámica de la zona.

Ambos guías también demostraron que Salango es un destino gastronómico con tres restaurantes bien conocidos. El primero es propiedad de la mamá de Ivo, y tiene más de 22 años de operación. Se llama El Pelícano, cuyo mayor orgullo es haber sido visitado en 2009 por el chef Anthony Burdain como parte de su recorrido en el Ecuador. ¿Qué comió? Percebes, un crustáceo muy popular en Europa, pero poco conocido en nuestro país.

El restaurante Delfín Mágico (05-257-4291), a una cuadra de distancia, es quizás el famoso de Salango. Es propiedad de los esposos Alfredo Pincay y Victoria Pincay (no son parientes de sangre), que lo abrieron hace 29 años. Los pescados son su especialidad para una carta espléndida que incluye langosta, camarón, pulpo, concha pala. Plato recomendado: pescado en salsa de maní. “Trabajamos con filetes de cherna, robalo, huayaipe, colorado, mero, guato, lenguado…”.

El tercer local que visitamos fue Cabaña Mar (096-762-9961), con dos años y medio de operación en pleno malecón, con pescados y mariscos. Olaya Medina, su dueña, recomienda platos como el pescado al romero. “Es puro filete, con corvina o huayaipe, y lleva especias como el romero”. Y confía que a partir de este feriado de carnaval los viajeros lleguen masivamente para disfrutar de todos estos atributos del sur manabita. “Estamos listos para servirlos a todos”. (I)