Mientras el Chapo pasaba sus últimos meses aislado en una prisión mexicana, en Colombia se montaba una operación sigilosa para recrear los escenarios de una vida de película y grabar la serie sobre el mayor capo de la historia reciente.

Ante la falta de garantías de seguridad en México, Univisión y Netflix trasladaron en octubre la producción a varios puntos de Colombia. Aquellos sitios se convirtieron en Sinaloa, Guadalajara y la frontera con EE.UU. La grabación pasó desapercibida en Colombia, donde al momento de pedir permisos cambiaban el título real –El Chapo– por Dolores de amor, para que pareciera una telenovela y evitar llamar la atención. Incluso media decena de extras que fueron consultados durante un día de rodaje aseguraron desconocer la trama, en la que participaban como soldados por la mañana y sicarios por la tarde.

“Colombia fue una buena opción porque tiene equipos muy preparados y visualmente es muy parecido a México”, dijo el productor Daniel Posada desde la localidad de Tabio, donde se ubicaba una de las locaciones. Aseguró que la producción no ha recibido amenazas del narcotráfico, pese a que Guzmán sigue vivo y su cartel aún opera en México y tiene lazos con Colombia.

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A diferencia de capos como Pablo Escobar, la televisión no esperó a la muerte de Guzmán para convertirlo en una estrella de ficción. La serie dedicada a su vida se estrenará el 23 de abril en EE.UU. por Univisión y un par de meses después en el resto del mundo a través de Netflix.

La investigación para escribir la serie empezó tres años atrás. El guion, que no pretende ser un documental sino la recreación de una historia anclada a la hemeroteca, se alimentó de reuniones semanales con un equipo de periodistas expertos en el tema, reportes de la agencia estadounidense antidrogas, estudios psicológicos a los que Guzmán fue sometido en la cárcel, libros y fuentes cercanas a él. El bombardeo de la casa de una mujer con flores para seducirla, la obsesión por dirigir hasta el más mínimo movimiento de su estructura criminal y las relaciones del capo con la DEA son algunos de los detalles que quienes han seguido los movimientos del capo por décadas han podido aportar al perfil del Chapo. En la serie también se habla de la corrupción del Estado mexicano y cómo es que permitió la expansión criminal de la banda de Guzmán. (E)