“Es imposible comprender el significado del siglo XX si no reconocemos la singularidad de los experimentos revolucionarios de izquierda y derecha que intentaron reconfigurar la condición humana en nombre de leyes históricas supuestamente inexorables. Fue durante ese siglo cuando, usando el inspirado término de Leszek Kolakowski, “el diablo se encarnó en la historia”. El debate sobre la naturaleza y la legitimidad (o incluso la aceptabilidad) de las analogías entre las tiranías ideológicas del siglo XX (el comunismo radical, o más bien el leninismo, o, como algunos prefieren, el estalinismo, de un lado; y el fascismo –o, más exactamente, el nazismo– de otro) se centra en la interpretación del mal político último y su impacto sobre la condición humana”.

Este es el núcleo de El diablo en la historia, libro escrito por Vladimir Tismaneanu y publicado en español por la editorial Stella Maris en diciembre del año pasado. El libro se publicó originalmente en inglés en 2012 por la Editorial de la Universidad de Berkeley, California.

Como bien lo advierte el autor, si por algo será recordado el siglo XX será por sus totalitarismos. Y muy en particular por el fascismo alemán que derivó en el nazismo, y el leninismo soviético que derivó luego en el comunismo. Ambos pretendieron cambiar de forma radical no solo la estructura social y económica de las sociedades donde florecieron, sino hasta la naturaleza humana. En la búsqueda de sus utopías no se detuvieron ante nada, invadieron hasta los más íntimos resquicios de la vida y personalidad de sus víctimas.

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El libro compara el fascismo y el comunismot como sistemas políticos diferentes, pero que en muchos aspectos se entrecruzan y en otros coinciden de manera asombrosa. El autor analiza el atractivo ideológico de estos movimientos revolucionarios y políticos, así como las visiones de salvación, sus valores y los carismas de sus líderes.

El autor argumenta de forma muy persuasiva que estas utopías terrenales, con sus cosmovisiones omnicomprensivas y profetas, se convirtieron en verdaderas religiones. Como señala William Pfaff, como resultado del Iluminismo la religión disminuyó en su papel que tenía en la sociedad. En su lugar, diversas creencias del progreso científico llenaron ese vacío. Fue un cuadro que más o menos intensidad perduró hasta la Primera Guerra Mundial. Fue entonces cuando, siguiendo a Hanna Arendt, una tormenta ideológica se desató en la conciencia occidental. Y con ello se desembocó en regímenes totalitarios por el que pagaron millones de seres humanos.

De origen rumano, el autor sufrió de primera mano los horrores de la dictadura comunista en su país. El libro –cuya lectura recomendamos mucho– puede ser adquirido en la editorial o en librerías españolas. (O)

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hernanperezloose@gmail.com