El abogado chileno Luis Mariano Rendón, candidato a diputado en las próximas elecciones de su país, presentó a la FIFA un reclamo formal para que se sancione a Perú y Colombia por “acordar” el empate a un gol en la última jornada eliminatoria, denominado por la prensa chilena ‘El pacto de Lima’. “Se cometió un fraude entre las selecciones de Colombia y Perú a vista y paciencia de millones de latinoamericanos. Es una señal nefasta. De no ser sancionada esta colusión, el mensaje es que está bien, que es viveza. Se busca eliminar la competencia”, acusó Rendón en el diario La Tercera, de Santiago.

El letrado se amparó en que el Código de Disciplina de la FIFA permite a cualquier particular denunciar una violación a la ética deportiva. “Implica sanción para conductas que la violen. Eso hicieron Perú y Colombia. Y lo confesaron. El caso es clarísimo. La pregunta es si va a quedar impune o será sancionado”, amplió. Y espera que la FIFA se expida antes del 6 de noviembre, cuando se disputará el primer juego del repechaje entre Nueva Zelanda y Perú. “La respuesta no debería demorar más de diez días. Pedí diligencias y solicité que en tanto no se resuelva, la FIFA posponga el repechaje. En Chile, es lo que se conoce como una orden de no innovar”, dijo con firmeza Rendón.

La acción de Rendón (y de otros particulares que también elevaron denuncias a la FIFA) pone de manifiesto una vez más que en Chile no se resignan a su eliminación: quieren ir al Mundial. En rigor, lo que Rendón puede fustigar son los 3 minutos finales del juego, cuando los hinchas con sus vítores y los bancos de suplentes transmitieron a los jugadores que ya habían perdido Chile y Paraguay y, por tanto, con el 1-1 Colombia se garantizaba su pase directo a Rusia 2018 y Perú la repesca. Entonces comenzaron a lateralizar el juego y dar pases hacia atrás para no exponerse a ningún riesgo. Ahí fue donde Falcao García tuvo la malhadada idea de proponer a jugadores peruanos no atacarse. No hacía falta, el mundo sabía que debían ser cautelosos durante tres minutos y el partido acabaría de ese modo, en empate. ¿Está mal la proposición de Falcao? Pésima. Básicamente, fue poco inteligente. Como lo fueron sus declaraciones posteriores y las del peruano Renato Tapia. El Juego Limpio marca que se puede adormecer el juego como táctica, y por decisión propia, no pactándolo. Eso es lo que le da pasto a Rendón. Y en ello tiene razón.

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Pero tres minutos no son un partido, hablar del ‘Pacto de Lima’ o de “empate arreglado” porque esos tres minutos difieren notoriamente con la realidad. Tres minutos no reflejan lo que fue el enfrentamiento, jugado con honestidad, intensidad y buscando la victoria por parte de las dos selecciones. La Federación de Fútbol de Chile anunció que no protestará el partido. Pero es poco creíble: también se dijo que no reclamó el partido ante Bolivia y sí lo hizo (tenemos copia de la nota). La misma Federación podría instar a un particular, en este caso Rendón. Y esto puede causar rispideces en el seno de la Conmebol, donde algunos van con buena fe y otros llegan con el cuchillo bajo el poncho.

Imaginamos que soñar con ser campeón mundial y quedar fuera del torneo debe ser duro. En especial porque Rusia 2018 debía ser el broche de oro de la llamada ‘Generación Dorada’ (que en verdad lo es). La denuncia de Rendón posiblemente quede en nada porque FIFA aún está bajo sospecha por el bochornoso fallo que le dio a Chile los puntos ante Bolivia. FIFA dijo haber actuado de oficio cuando en realidad hubo reclamo de Chile, pero extemporáneo; ignoró el reglamento de la Copa Mundial y adujo haber aplicado el estatuto (¿entonces para qué redactar un reglamento para el torneo…?). Los presidentes de las demás asociaciones, incluso miembros de la propia FIFA, en confianza califican el fallo de “aberrante” y el proceder de FIFA “como mínimo, oscuro”. Pero tampoco le sirvió a Chile en su afán clasificatorio. Cayó en su propia red: si no demandaba, hubiese sido quinto, en cambio benefició a Perú, su archirrival.

Juan Cristóbal Guarello, excelente periodista chileno, no miró para el costado y hace honor al pueblo chileno (muchísima gente se adhirió a su pensamiento). En radio ADN fue clarísimo: “Estamos quedando como los lloroncitos del barrio, vamos a ir a lloriquear a la FIFA porque no somos capaces de ganar en la cancha. Somos la selección más odiada de Sudamérica. Tenemos una hinchada que es la de peor comportamiento Y no ya por los incidentes graves, sino que somos tremendamente maleducados fuera de Chile. No respetamos culturas ni a la gente en su propio país. En Sudáfrica se me cayó la cara de vergüenza de ver cómo los chilenos trataban a los locales, por racistas, por clasistas, por ignorancia… En Rusia andaban a las puñaladas (en la Copa Confederaciones)… En el Mundial de Brasil fue la única hinchada que invadió un estadio (sin entradas). Y eso se trasladó a algunos jugadores, que anduvieron burlándose de los uruguayos, provocando a los argentinos… Oye, no porque te fue bien un rato vas a desconocer toda la historia, el fútbol es muy largo… ¡Cómo sería que los uruguayos preferían que fuera eliminado Chile y no Argentina…! Al final todos querían que perdieras. Te la pasaste jactándote… Ya fuiste lloroncito, ganaste puntos en el TAS por no saber ganarle a Bolivia ¿y ahora vas a ir a alegar esto…? Basta, basta… ¿El que cuando gana se cree la raja (la gran cosa) y cuando pierde va a llorarle a la FIFA…? No, paremos”. El extraordinario monólogo de Guarello, que tuvo casi 110.000 visitantes en YouTube, puede verse en internet (bit.ly/2yq8E48).

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El fútbol chileno antes de reclamar debería hacer una introspección: tiene una larga lista de sucesos graves en Eliminatorias (montó un clima bélico a Uruguay en 1985, una guerra a Brasil en 1989, una más a Perú en 1997), sin contar con la farsa de Rojas y la bengala en el Maracaná, considerada por FIFA como “el mayor intento de engaño de la historia del fútbol”. La actual ‘Generación Dorada’ cometió serios desmanes en el Mundial Sub-20 de Canadá 2007. La agresión a la familia Messi en la final de la Copa América 2015, la alevosa emboscada contra Boca en la Libertadores de 1991… Chile, por cierto, terminó este premundial jugando fuera de su estadio Nacional, suspendido por cantos homofóbicos.

En el libro Historias secretas del fútbol chileno II el colega Eduardo Bruna, en alusión al caso de Rojas, señaló: “Es cierto, (Rojas) se equivocó rotundamente frustrando de paso una carrera que se adivinaba esplendorosa. Pero no fue el culpable único ni último. Más bien fue el fruto de una podredumbre que se había venido incubando por años. Desde que alguien creyó que solo se podía ganar haciendo trampas y que para dejar definitivamente el papel de eternos perdedores solo bastaba integrarse al club de los gangsters…”.

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Chile debe analizar por qué no pudo llegar a Rusia teniendo el mejor equipo de su historia. Pero algo es seguro: fue eliminado por su mal desempeño en el campo, no por una conjura peruano-colombiana. (O)

Antes de reclamar Chile debería hacer una introspección: tiene una larga lista de sucesos graves en eliminatorias. “Vamos a ir a lloriquear a la FIFA”, dijo el periodista Juan Cristóbal Guarello.