Afirmar que los dos últimos partidos de las eliminatorias a Rusia 2018 significaban el inicio de la ‘nueva era’ del fútbol ecuatoriano lo consideré siempre una exageración. Expresé, en su momento, que para mí esto respondía a una calculada estrategia con otros fines sutiles, como posiblemente acomodar la carga de la responsabilidad de un fracaso rotundo que estaba por llegar.

Hay que reconocer que en su momento consiguió el objetivo distractor e inculpador. Sin mucho esfuerzo pudo transferir la responsabilidad al cuerpo técnico de la eliminación anticipada, y como Gustavo Quinteros había perdido credibilidad ante la opinión pública, fácilmente se convirtió en el centro de una especie de vindicta pública.

El nombre de Jorge Célico era el adecuado para el plan. Representaba una figura que no mostraba desgaste y que tenía el perfil exacto para que ejerciera el acto de reivindicación con todos aquellos clubes y futbolistas que, por la terquedad de Quinteros, habían sido marginados. Célico lo hizo a la perfección y ese plan también cautivó el entusiasmo del aficionado.

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Pero quienes estamos en el fútbol tantos años sabíamos que al término de las eliminatorias, y con la confirmación de que Ecuador finalizaba octavo en la clasificación general, iban a llegar los cuestionamientos, los juicios de valor, y las acusaciones sobre otros temas que no necesariamente tienen que ver ni con la calidad de las convocatorias, ni con la táctica utilizada. Era seguro que se debían abordar los aspectos concernientes con la administración dirigencial de la Selección.

Es muy difícil desligar las responsabilidades. Tal vez se las trate en expedientes separados. Así se hizo cuando clasificamos a tres mundiales, cuando casi todos los dirigentes actuales participaron de las celebraciones, condecoraciones, reconocimientos en esos momentos de gloria. Espero que también hoy tengan la entereza para enfrentar con valentía el juicio crítico que se levanta por el rotundo fracaso en las eliminatorias al Mundial. Sudamérica presentó ya a los cuatro representantes clasificados directamente y terminan siendo los que rara vez no asisten a los mundiales, como son Brasil, Uruguay, Argentina y Colombia que repite. Y para el repechaje Perú, que asistiría a una Copa del Mundo después de 36 años si llegase a derrotar a Nueva Zelanda. El resto de países participantes ya eliminados –Chile, Paraguay, Ecuador, Bolivia y Venezuela–, a pensar en Catar.

Pero mucha atención, si no estamos listos para hacer un verdadero juicio valorativo de todo aquello que se hizo mal, seguramente lo repetiremos. Es justo que exijamos cuentas sobre lo sucedido en el proceso eliminatorio. Ya estamos cansados de que se nos diga que las sesiones, que las actas y que los informes son confidenciales y reservados. Ya es tiempo de que conozcamos el cómo y el porqué de tan estrepitoso fracaso. ¡Que hablen claro de una vez! No queremos discursos exornatorios (con adornos) porque no es el momento y peor panegíricos porque no les calza.

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Me permito solicitar a las autoridades de la FEF responder este cuestionario indagatorio que sirva para tener más elementos para terminar de entender la descalificación al Mundial: 1) ¿Bajo qué análisis se contrató a Quinteros? ¿Quiénes lo recomendaron y qué directivos aceptaron o quiénes se opusieron a su contratación?

2) ¿Quiénes negociaron y quiénes aprobaron los términos del contrato firmado con el cuerpo técnico?

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3) ¿Conocían los miembros del directorio de la Ecuafútbol los términos y detalles de la contratación?

4) ¿Cuánto y cómo afectó a la Selección el llamado caso FIFAgate y qué hicieron para mitigar sus efectos?

5) ¿Cuándo fue que Quinteros rompió relaciones con el actual directorio de la FEF?

6) ¿Que se explique si las varias visitas de Quinteros a Luis Chiriboga, cuando este ya no era presidente de la FEF, generaron alguna teoría sobre un plan de desestabilización política en la FEF y si fue por eso el inicio de las diferencias con el DT?

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7) ¿Existió malestar entre los jugadores y la FEF y qué hizo la dirigencia para solucionarlos?

8) Ya que existieron actos de indisciplina dentro de la Selección, ¿por qué estos no fueron denunciados el mismo día?

9) ¿Por qué se permitió que el anterior técnico de la Selección injuriara a cierto sector de la prensa deportiva, sin que la Ecuafútbol exija una aclaración, con las disculpas incluidas?

10) ¿No fue suficiente el audio que se hizo público, en que el entrenador Quinteros ofendía a los dirigentes de la FEF, para que se abra un expediente administrativo que permita la separación del agraviante?

11) ¿Cuál es la razón por la que el actual directorio de la FEF no cumplió el mandato hecho en el congreso ordinario, que resolvió la creación de la Liga Profesional para que se cambiara en esencia la estructura del balompié ecuatoriano y que pretendía permitir un mejor manejo de las selecciones nacionales?

12) ¿Se ha pensado en la reestructuración de la Comisión de Selecciones y sus asesores, en vista del fracaso de las eliminatorias a Rusia 2018?

13) ¿Cuándo se conocerá el pronunciamiento del directorio de la Ecuafútbol sobre la conveniencia de contratar al nuevo cuerpo técnico de la Selección? ¿O es preferible esperar que realicen las elecciones previstas para enero del 2019?

Me encuentro satisfecho de al menos hacer públicas estas inquietudes que probablemente no sean contestadas. Sea como sea, estoy convencido de que a estas alturas no es dable que nos traten de convencer de que el fútbol es tan sensible que reconforta al perdedor al darle una nueva oportunidad; o que este deporte es tan noble que puede redimir al pecador sin penitencia.

Lo que el tiempo se llevó en estas eliminatorias nos traerá puntos de divergencia y otros de convergencia. En el primer caso, seguramente, aprovecharán los sindicados del fracaso para exculparse o expiarse. Y en los de convergencia se sumarán solo los que realmente quieren el cambio en las estructuras del balompié ecuatoriano, y ojalá que estos sean la mayoría.

Ahora conocemos que lo que el tiempo se llevó es incuantificable. Es una lástima que Catar esté tan lejos. (O)

Cuando clasificamos a tres mundiales, casi todos los dirigentes actuales fueron parte de las celebraciones. Espero que hoy tengan la entereza para enfrentar el juicio por el rotundo fracaso.