Si hubo un arquero que se metió en el corazón de los hinchas de Barcelona por su valentía a toda prueba, ese fue el manabita Víctor Mendoza. Arriesgado, era capaz de todo para evitar un gol. Fue huésped frecuente de los quirófanos para ser operado de varias lesiones, pero fue campeón con los toreros seis veces (1985, 1987, 1989, 1991, 1995, 1997). Tras largo tiempo en Nueva York y próximo a cumplir 56 años, Mendoza es dueño de un restaurante que tiene como nombre el apodo que lo inmortalizó: Espartaco. El guardameta que le peleó a Carlos Luis Morales y Walter Guerrero la titularidad, con prolongados lapsos en que se adueñó de ella, habla del Barcelona actual, de la Copa Libertadores, de porqué los toreros ya no producen goleros (su hijo, del mismo nombre, sueña con llegar a ser el número uno canario). En su negocio, ubicado en San Martín y Coronel, Espartaco habló con este Diario. “No tengo pelos en la lengua”, anticipó Mendoza.

¿Qué opina de la campaña torera en la Libertadores?

A esto (llegar a fases como los cuartos de final) nos tiene acostumbrados Barcelona. Va por un buen camino, pero no será fácil: todos los equipos se alistan para lograr el título.

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¿Llegarán a una nueva final, como en 1990 y 1998 (dos subcampeonatos toreros)?

Este es un club grande y hace un buen papel en la Copa. Está para clasificar a la final y si la disputa, creo que la tercera será la vencida.

¿Hay opciones de eliminar al Santos de Brasil?

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Claro, pero hay que tener mucho cuidado porque es un club brasileño y Barcelona debe estar muy concentrado.

¿Ve a los toreros en una final nacional con Delfín?

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Yo quiero ver esa final y se lo dije a Guillermo Sanguinetti (entrenador de los cetáceos). Me respondió que también le gustaría disputar el título del 2017 con Barcelona.

¿Por qué Barcelona no ganó la primera fase del torneo?

Porque también los rivales juegan. Delfín ha hecho una campaña extraordinaria. Para mí, ya no es un equipo chico. Así como van creo que no disputarán una final y serán campeones directamente. Este es un equipo muy humilde y muy bien estructurado.

¿Qué diferencias hay entre su época y la actual?

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Ahora los más jóvenes tienen oportunidades. Recuerdo que debuté a los 24 años y en la prensa me decían juvenil. Ahora es diferente. A los 20 años ya te estás pasando. Esa es la única diferencia.

¿Por qué Barcelona ya no forma arqueros?

Esto es culpa de las directivas. Lo digo claramente porque no tengo pelos en la lengua. No hay personas capaces para formar arqueros. Estoy aquí con mi negocio, pero a mí me gusta formar porteros. Pero
no le voy a poner una pistola a ningún dirigente para que me dejen trabajar. Tengo un poquito de bronca porque prefieren traer extranjeros.

¿Incluye ahí a la directiva canaria actual?

Por supuesto. A José Francisco Cevallos (actual presidente torero y excompañero de Mendoza) yo lo quiero y lo estimo mucho. Pero decir esto no significa una falta de respeto ni que estoy hablando mal de él. Barcelona hace mucho tiempo que no saca un arquero. ¿Por qué en las divisiones menores no hay (buenos) preparadores de arqueros? Se han olvidado de (formar) al hombre más importante, que es el portero. Ya mismo ‘extranjerizan’ el pórtico de Barcelona.

Su excompañero Carlos Luis Morales cuenta que antes había que ser serio para ser arquero torero, ¿qué opina?

Estoy de acuerdo. Luis Santibáñez (DT campeón en 1985) nos decía: “Muchachos, atrás juegan los serios, y adelante los inventores”.

¿De la indisciplina de Jonatan Álvez qué opina?

Álvez se equivocó y él lo sabe. Si un jugador le tiene que decir algo a su técnico, lo debe hacer en el camerino, cuando no lo vea el público ni la prensa. El uruguayo perdió la cabeza. No hay que darle la razón, se equivocó.

En 1986 su excompañero Telmo Hidalgo hizo algo parecido contra el DT Juan Eduardo Hohberg y fue expulsado del club, ¿pudo ocurrirle lo mismo a Álvez?

No (sonríe). Hohberg no actuó con profesionalismo (ingresó a Hidalgo a los 79 minutos y lo sacó a los 89m) y Telmo se enojó. En mi caso, me habría enojado porque eso me dañaba la carrera. Pero lo de Telmo tampoco se justifica.

¿Tuvo algún inconveniente como los antes citados?

No tuve problemas con los DT; con compañeros, sí. Los tuve con dos foráneos (evitó dar nombres). Uno porque le faltó al respeto a un muchacho que recién comenzaba. Y el otro, en un partido en Chile, porque me dijo “burro” por no darle la pelota. Pero en el camerino me hice respetar. No hay que permitir que un compañero te quiera tirar el público encima.

En el 2005, en este Diario, se quejó de los DT Miguel Brindisi y Rubén Insúa, ¿ahora piensa igual?

Sigo pensando igual. A esos técnicos no los quiero. Para mí, no sirven, no son gratos en mi vida (de Brindisi dijo hace doce años que no le dio oportunidades. De Insúa, que este se desquitó por una fuerte discusión en Chile, cuando eran futbolistas toreros).

También se quejó de Carlos Morales, ¿eso cambió?

Eso cambió ya. Ahora yo lo entiendo a Morales. Él era muy celoso porque quería ser titular, así como yo. Siempre peleábamos de boca, pero jamás nos fuimos a las manos. Más bien los compañeros gozaban por lo que nos decíamos. Ahora somos panas. Carlos Luis incluso me visitó en el restaurante. (D)

En la actualidad, el mejor arquero del país es Máximo Banguera (de Espoli llegó a Barcelona) porque tiene buenas condiciones.Víctor Mendoza, Exarquero torero