Un minuto y 35 segundos tardó la Premier League en ofrecer al mundo su emoción inaugural de la temporada 2017-2018, lo que demoró el francés Alexandre Lacazette en marcar su primer gol en Inglaterra. ¡La primera bola que tocó en un partido oficial en su nuevo club la mandó a la red…! ¿No es un récord…? El Arsenal confió en sus 91 goles de los últimos tres años en el Lyon y pagó 50 millones de euros por Lacazette. Él se encargó rápido de tranquilizar al club londinense: invirtieron bien. Tan rápido como fue el exoperario y ahora vivísimo goleador Jamie Vardy en empatar: 2 minutos y 43 segundos después.

A 4 minutos y 17 segundos de comenzar el torneo, la Premier ya gritaba dos goles, un arranque tan entusiasmante como ver el inmaculado césped y las tribunas del estadio Emirates llenas con 59.387 aficionados un viernes. Primera vez en 129 años que el campeonato de Inglaterra arranca un viernes.

Fue un estreno espectacular: Arsenal 4, Leicester 3. La visita ganaba 2-1 y 3-2 hasta los 82 minutos. La desazón cundía entre los hinchas cañoneros. Arsene Wenger, un orfebre que viene modelando al Arsenal desde 1996, mandó tres cambios para refrescar y potenciar la ofensiva. Y el equipo reaccionó a tiempo. Un gol de Ramsay y otro del francés Giroud, especialista en gritos agónicos, le dieron la justa victoria en el final. Buscó, buscó y encontró. Fue un partido volcánico y una muestra gratis de lo que puede ser esta liga.

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Un detalle no menor que vale señalar: por lesiones u otras causas, Mertesacker, Koscielny, Wilshere, Gabriel Paulista, Alexis Sánchez y Santi Cazorla, todos internacionales, ni entraron en la convocatoria frente al Leicester, tal es el arsenal del Arsenal. Y Slimani, el español Iborra (contratado en 15 millones de euros€ del Sevilla) y el alemán Robert Huth no fueron ni al banco entre los Zorros azules. O sea, sobran figuras.

El segundo partido, ayer, otra joya: Watford 3, Liverpool 3. Empató el uruguayo Britos a los 93 minutos. El tercer juego, Chelsea 2, Burnley 3. Dieciocho goles en tres compromisos.

La Liga Premier vuelve a demostrar que puede no ser la más poderosa, sí la más atractiva y encantadora. Allí, la entrada se vende con seguro de emoción: nadie se aburre. Hasta el último de la tabla juega para adelante, lo que garantiza alternativas cambiantes, espacios, riesgo. No impera la táctica como en Italia ni la astucia como en España, pero el espectáculo nunca defrauda. Es cierto, el fervor genera hartos errores defensivos, descuidos, aunque visto desde una posición neutral, sin camiseta, se disfruta: hay intensidad, vivacidad, goles, entrega total.

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Y una gran honestidad: el Fair Play funciona. Hasta con los jueces. Son quizás demasiado permisivos, fallan como todos y casi no sacan tarjetas, sin embargo, uno cree en su buena fe. No es la desvergüenza del arbitraje español, que ya sabemos…

Y desde este torneo rige una nueva norma (única en Inglaterra): jugador que simule ser víctima de un penal será sancionado con dos partidos de suspensión. Incluso si el árbitro no lo vio. Una comisión independiente de tres miembros estudiará los casos en la semana y si hallan algún pícaro, le darán duro. Incluso tendrán poder para quitar la amarilla o la roja al defensor que haya sido penalizado por la falta simulada. Así cuidan ese tesoro llamado Liga Premier.

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“En Inglaterra detestan al que simula; si te tirás, te silban y después te hacen el cartel de piscinero. Cuando el árbitro te habla tenés que escucharlo, y si los jugadores lo rodean para protestarle, tu mismo club te sanciona. Como capitán debés controlar que tus compañeros no reclamen. Y está muy mal visto gesticular. Ahí hay Fair Play en serio”. Lo dice Pablo Zabaleta, un ex San Lorenzo que militó nueve temporadas en el Manchester City (se retiró como capitán) y acaba de firmar con el West Ham. Pablo tiene experiencia: fue campeón antes con el Espanyol de Barcelona de la Copa del Rey, jugó dos mundiales. Y menciona la responsabilidad de los futbolistas frente al público: “En Inglaterra los clubes marcan como una obligación acercarnos a la gente durante todo el año. Se le da mucho valor a eso. Desde acudir a hospitales, llevarles regalos a los chicos para Navidad o compartir momentos en las prácticas. Y en el último partido del año se da una vuelta olímpica aplaudiendo a los hinchas para agradecer su apoyo. Pero la gente es magnífica, hay equipos que se van al descenso y los hinchas aplauden igual. Para nosotros es difícil entenderlo, algo cultural”. Pablo es ídolo total en el City.

Otro punto brillante: en todos los partidos los réferis dan 5 minutos de descuento. O más. No es negocio hacer tiempo, lo recargan al final.

En conjunto, los 20 clubes ingleses de Primera División invirtieron 1.146 millones de euros en refuerzos para esta edición, mucho más que el resto de las ligas. Este poderío se debe a que doce de esos clubes figuran entre los primeros 30 con mayor facturación en el mundo. Y los derechos de la Premier doblan a los de la Liga Española (que tiene a los tres equipos más fuertes de Europa según el ranking de la UEFA). No obstante, es posible que aquella cifra de fichajes se incremente hasta el 31 de agosto próximo, cuando cierre el libro de pases. Manchester City encabezó a los más “gastadores” con 240 millones de euros. Y el atacante belga de origen congoleño Romelu Lukaku fue el traspaso más alto: del Everton al Manchester United en 83 millones de euros. No tiene malos números en la red Lukaku, aunque tampoco tiene gran relación con la bola el pobre. Se tratan de usted.

De los 605 futbolistas que reúnen los 20 equipos hay una gran mayoría de extranjeros. España es el principal aportante con 33. Entre los foráneos hay 39 sudamericanos: 18 argentinos (16 jugadores y 2 técnicos), 14 brasileños, 2 colombianos, 2 uruguayos, un chileno, un ecuatoriano y un venezolano.

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El panorama para este año es quizá más prometedor todavía que en los anteriores. Manchester City, Arsenal, Chelsea, Tottenham, Liverpool, Manchester United pugnarán por el título, al menos por tradición, poderío y aspiraciones. Nada menos que seis… En tanto, Everton (con el retorno de Wayne Rooney) y West Ham (un club con gran respaldo económico y que se quedó con el estadio Olímpico de Londres) vienen subiendo y quieren entrar en el pelotón de avanzada. Esto asegura muchos clásicos y choques estelares a lo largo de la temporada. Y eso sin contar con las revelaciones de cada año, como aconteció con el Leicester en 2015-2016.

Empezó el campeonato más lindo del mundo. Ese título no se lo quita nadie. (O)

La Liga Premier vuelve a demostrar que puede no ser la más poderosa, sí la más atractiva y encantadora. Allí, la entrada se vende con seguro de emoción: nadie se aburre.