Bruno Fernandes de Souza, el arquero brasileño hallado culpable por el asesinato de una exnovia, recibió ayer la orden de volver a prisión, en lo que representa el capítulo más reciente de un caso surgido hace siete años y que según distintos grupos defensores de derechos humanos evidencia el problema de violencia que enfrentan las mujeres en este país.

Tres de cuatro jueces integrantes de un panel de la Corte Suprema de Brasil rechazaron la apelación presentada por Bruno. El portero de Boa Esporte, de segunda división, fue liberado en febrero mientras se atendía el recurso que presentó contra la sentencia de 22 años impuesta por el asesinato de Eliza Samudio.

En el 2010, cuando se cometió el asesinato, Bruno era estrella del Flamengo, y muchos creían que sería el arquero de Brasil en el Mundial 2014.

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El breve retorno de Bruno al fútbol fue recibido con duras críticas por parte de aficionados y futbolistas. Boa Esporte, de la segunda división, perdió a cinco de sus patrocinadores tras la contratación.

Luego de la decisión, Bruno se entregó voluntariamente en un cuartel policial en Varginha, donde juega el Boa Esporte. El golero, de 32 años, ingresó a prisión en el 2013, por supuestamente ordenar a un amigo que asesinara a Samudio –una modelo con quien tuvo un hijo– y que escondiera el cadáver. El futbolista afirma que es inocente, pero deberá esperar preso a que otro grupo de magistrados se pronuncie sobre el caso. (D)