Ante el mundo, ante el primer deporte universal como lo es el fútbol, ante los catorce millones de ecuatorianos, ante la moral que debe estar inmersa en todos los actos de la vida y ante la justicia, que debe castigar con todo rigor lo ya conocido en la sub-20.
¿Qué es lo ya conocido? La eliminación de dos jóvenes jugadores, cuyos nombres de ser los correctos serían Jhon Pereira y Bryan Castillo, excluidos de la selección de nuestro país en el sudamericano sub-20 que se juega en ciudades de la serranía y antes del partido que enfrentamos a Brasil. ¡Qué vergüenza mundial!, y esta la podríamos llamar la número dos.
¿Cuál fue la primera? Haciendo memoria en la sub-17 para el mundial que se jugó en Chile, ahí la Tri salió por la ventana por el “compadrazgo” de la Confederación Sudamericana de Fútbol.
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¿Lección no aprendida? A criterio de analistas y quienes a diario informan sobre actividades deportivas, en especial en materia futbolística, sorprendió esta nueva falta de principios de honestidad inducida por un buen número de personas.
¿ A qué nos referimos a un buen número de personas? Por favor, dejemos de ser inocentes, ahí en este complejo deterioro de la moral están involucrados de una manera directa jugadores, padres, dirigentes, entrenadores, unos más que otros. Salvo excepciones.
¿Debemos silenciar esta falta? Jamás, y más bien los organismos que fomentan y llevan adelante campeonatos en divisiones formativas deben actuar con dureza en exigir a los equipos que cuando presenten sus nóminas sea con documentación correcta y si hay duda recurrir al examen del carpograma, que ampliamente lo ha difundido la FIFA para casos de vacilaciones o sospechas. Esa es la regla y ninguna más. ¿Actitud dolorosa para el fútbol ecuatoriano? Claro que sí, y se tiene que erradicar al 100%, y quienes han y siguen cometiendo este tipo de rotura a la moral deben ir presos y por muchos años.
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¿Lo asombroso? Siendo el Ecuador un país que ya ha estado en varias lides mundialistas, el haber ganado un prestigio internacional, en respetar a nuestros jugadores, en tener a decenas de deportistas en clubes de primera del mundo, en llevar a cabo una verdadera masificación para que aparezcan los talentos, haya infames que desdibujan esa buena imagen.
Hay que castigar con fuerza a estos vividores del fútbol… (O)