Hemos sido testigos de muchas finales en distintos deportes y la historia nos ha contado de otras tantas con variados desenlaces. Pero el último encuentro de la categoría juvenil de la Liga de béisbol Miraflores vale la pena mencionar.

La final la disputaron dos novenas de una misma organización: Americano A y Americano B, lo que ya es llamativo en el torneo. En la mayoría de los casos, en situaciones parecidas, se estructuran de tal manera que un equipo sea más fuerte para que aspire al campeonato. En este caso fueron armados didácticamente para que los dos estuvieran equilibrados.

Para jugar los playoffs, se ubicaron segundo y tercer lugar y fue aquí que se empezó a evidenciar que tenían serias aspiraciones. Cardenales había clasificado, con mucho mérito, en la primera posición, pero no alcanzó repetir sus actuaciones.

Publicidad

Fueron dos equipos que en el desarrollo de la temporada elevaron su nivel y ganaron los juegos claves, de tal manera que pasaron a jugar la final en una serie al mejor de tres partidos, tal como es tradicional en los campeonatos de béisbol.

Fueron juegos muy cerrados al juzgar por lo corto del marcador y por las acciones que se dieron. El primer juego se definió 3-1. La mayor parte del encuentro estuvo empatado 1-1 hasta el quinto, que los ahora campeones, timbraron dos carreras que fueron determinantes para el primer triunfo de la serie, con gran actuación desde la loma de Andrés Egas y la producción ofensiva de Joseph Pinto, que despachó dos dobletes y un sencillo, y Jordan Sánchez, que anotó dos carreras.

La segunda final resultó mucho más cerrada. Fue un gran duelo de lanzadores. Americano A abrió con Bryan Garcés y el relevo de Diego Lascano, mientras que el B lo hizo con Ricardo Mollison y Joseph Pinto.

Publicidad

La única carrera del juego fue marcada en el primer episodio por medio de Lucas Irigoyen, que llegó al primer cojín con hit por el campo corto, robó la segunda base y luego la tercera. Fue llevado a la registradora con elevado de sacrificio por el jardín derecho de Joseph Pinto en jugada de ‘pisa y corre’.

La efectividad de los lanzadores no solo se mide por la cantidad de ponches propinados, también se los valora por el dominio de los bateadores rivales a quienes no se le permite conectar en terrenos de hits ni que anoten carreras y para esto se necesita el complemento de una segura defensa. Con estas características es justo decir que el trabajo de todos los cuatro pitchers que se usaron en este duelo estuvieron muy bien.

Publicidad

Los episodios fueron cayendo uno a uno, siempre colocaron corredores en posición anotadora que con un solo mal lanzamiento, con un envío equivocado o un batazo extraviado bien pudo cambiar la historia del juego y ahora estuviéramos escribiendo otra cosa.

Por la norma de protección de los brazos de los lanzadores, los dos abridores necesitaron de relevistas que también estuvieron estupendos. La ventaja de 1-0 es muy corta y cualquier ‘parpadeo’ pudo ser influyente. Todos los serpentineros estuvieron muy controlados. Solo recibieron tres imparables en total de cada equipo. Aunque llegaron corredores a las bases, pudieron salir bien librados.

Tanto Diego Lascano como Joseph Pinto no permitieron ninguna carrera, hasta que en el último turno y dos corredores en posición anotadora, es decir, con un sencillo, hubieran cambiado de mano el título, que al final llegó para Americano B, cuando Pinto pudo retirar con un elevado al jardín derecho y con gran ponche sobre el cuarto bate del equipo rival, para los dos últimos out para asegurar la victoria y el campeonato de manera dramática con pizarra de 1-0.

No importa mucho cuál de los dos equipos resultó campeón, lo interesante de esto es que hay un grupo de peloteros, al que se le puede sumar los más destacados de las otras novenas, con un buen proyecto que bien pueden constituirse en el relevo generacional del béisbol mayor, al que hay que seguir elevando el nivel de competencia, llevarlos a las academias y campamento, buscarles mejor implementación y ponerles un grupo multidisciplinario como médicos, preparadores físicos, nutricionistas. Los organismos oficiales, si es que en verdad quieren el adelanto del béisbol en el Ecuador, tienen la palabra. (O)

Publicidad

La segunda final resultó mucho más cerrada. Fue un gran duelo de lanzadores. Americano A abrió con Garcés y el relevo de Lascano, mientras que el B lo hizo con Mollison y Pinto.