Superaron las lesiones, la adversidad y las dudas toda la temporada. El pequeño equipo que pudo lograrlo. Los Indios eran un modelo de tenacidad, expertos en remontar. Derríbelos, volverán a levantarse de inmediato como hicieron en el séptimo juego cuando estaban en la lona. Pero no pudieron contener a unos Cachorros que estaban rompiendo sus propias maldiciones.

La inesperada e inolvidable temporada de Cleveland terminó a una victoria —tan cerca que resulta doloroso— de un título de la Serie Mundial, después de que Chicago completara una remontada desde un déficit 3-1 en la serie para hacerse con su primer campeonato desde 1908, al derrotar a los Indios el jueves de madrugada por 8-7 en 10 innings.

“Estoy orgulloso y contento de mi equipo”, dijo el torpedero Francisco Lindor, quien en su segunda campaña en las mayores emergió como una las principales revelaciones de esta temporada.

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“Ellos jugaron muy bien los últimos tres juegos y merecieron ganar”, añadió el jugador puertorriqueño.

“Vamos a trabajar más fuerte el año que viene”. Los Indios simplemente se quedaron cortos en el séptimo juego. Su astro Corey Kluber no consiguió su tercera victoria de la serie, Andrew Miller se vio como un mortal en labor de relevo y un bullpen fundido finalmente se derrumbó en extra innings.

En el octavo, un jonrón de dos carreras de Rajai Davis salvó brevemente la temporada. Pero este año pertenece a los Cachorros, que anotaron dos veces en el 10mo ante Bryan Shaw tras un receso por la lluvia de 17 minutos.

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Cleveland intentó remontar de nuevo en la parte baja, cuando un sencillo remolcador de Davis con dos outs puso el 8-7. Pero entonces, Michael Martínez falló con un rodado ante Mike Montgomery, y todo terminó.

La campaña de los Indios de la postemporada causó asombro. Habían perdido por lesiones a dos piezas clave de su rotación abridora, el venezolano Carlos Carrasco y el dominicano Danny Salazar. Además, su estelar jardinero Michael Brantley, solo disputó un puñado de partidos por culpa de lesiones.

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"No estoy molesto, pero me duele. Al mismo tiempo, estoy con la cabeza en alta porque las cosas que hicimos durante el año fueron increíbles y nadie esperaba esto de nosotros".

Obligados a enfrentar sin dos abridores al nuevo entretenimiento preferido de postemporada, estos talentosos Cachorros, Cleveland no logró estar a la altura.

Ahora, la sequía de 68 años de los Indios sin ganar una Serie Mundial se convierte en la más larga de las mayores.

Su manager Terry Francona, de 57 años, logró de algún modo que los Indios sortearan los peligros durante meses. Sacó todo el partido a su plantilla, en su mayoría desconocidos para el resto del país, pero que ahora son un equipo digno de seguir en los años por venir.

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“No tenemos que estar cabizbajos”, señaló el segunda base Jason Kipnis. “Superamos todas las adversidades. Sufrimos lesiones. Nos pasó de todo y nunca esgrimos ninguna excusa. Estoy de orgulloso de lo que conseguimos, exigiendo a un tremendo equipo a extra inning en un séptimo inning de la Serie Mundial. Estoy seguro que vamos a volver”. (D)