Un campeón del mundo para saciar las ambiciones del fútbol chino: el italiano Marcello Lippi, ganador del Mundial de Alemania 2006 con la Azzurra, fue nombrado ayer técnico de China, con la primera misión de enderezar el rumbo de un equipo a la deriva.

Lippi, de 68 años, llega en sustitución de Gao Hongbo, quien dimitió el 11 de octubre luego de una derrota 2-0 ante Uzbekistán en la fase de clasificación para Rusia 2018.

El prestigio del italiano es inmenso, pero la tarea que le espera no lo es menos. China, 84ª selección del mundo, es última en la llave A de la zona Asia, por detrás de Irán, Uzbekistán, Corea del Sur, Siria y Catar.

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El presidente del país, Xi Jinping, gran aficionado al fútbol, prometió hacer todo lo posible para que China participe en la competición, organice el torneo y consiga algún día proclamarse campeona del mundo.

Los clubes chinos han sido noticia en los últimos meses por los grandes desembolsos efectuados para hacerse con los servicios de jugadores como Hulk, Gervinho o Ezequiel Lavezzi.

“Hablando claramente, los jugadores chinos no son lo bastante buenos para clasificarse a un mundial, y ningún entrenador puede hacer nada”, dijo Mark Dreyer, especialista de fútbol con sede en Pekín. (D)