El fallecimiento de manera trágica del lanzador cubano de 24 años José Hernández, de los Marlines de Miami, produjo un tremendo impacto en el mundo de las Grandes Ligas.

Hernández tenía marca de 16 partidos ganados con promedio de carreras permitidas de 2.86 y era futuro agente libre, lo que le habría significado un contrato multianual de muchos millones de dólares. Murió en un accidente en un bote. Eras las 03:15 de la madrugada del domingo anterior, y cuando se suponía debía de estar descansando, porque ese mismo día tenía que reportarse para el juego de las 13:10, Hernández salió de pesca con un par de amigos.

Todo el ambiente se conmocionó al conocerse la noticia. El partido de los Marlines fue cancelado, pero hubo muchas manifestaciones de solidaridad de compañeros y fanáticos.

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Al siguiente día los juegos del equipo de Miami debían continuar. El rival esta vez fueron los Mets de Nueva York. Los compañeros de equipo del cubano, que adquierió la nacionalidad estadounidense, jugaron todos con camisas negras, con el nombre de Hernández en la espalda y con el número 16.

El mejor homenaje se produjo al inicio del compromiso cuando en el primer turno al bate de los Marlines, Dee Gordon quien nunca, en su carrera en las Mayores, había disparado cuadrangular y con la cuenta de dos bolas sin strike, sacó largo batazo que fue a caer a las gradas para un jonrón lleno de nostalgia que fue ruidosamente aplaudido.

En el recorrido por las bases se emocionó mucho y al llegar al pentágono rompió en llanto. Sus compañeros salieron a felicitarlo y animarlo. En la banca todos los saludaban. Linda forma de rendirle homenaje al amigo y coequipero fallecido.

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Como el espectáculo debe seguir las Mayores están en una de las etapas más dramáticas de la temporada regular. Al momento de elaborar esta columna ya hay equipos clasificados, otros eliminados y unos pocos que todavía luchan por ingresar con la figura del comodín.

En la Liga Americana ya clasificaron los Indios de Cleveland que debe enfrentar al mejor de cinco partidos a los Rangers de Texas. Los Indios ganaron el título de la División Central de la Liga Americana, al imponerse la noche del lunes 7-4 a los Tigres de Detroit, pese a perder por lesión a su lanzador derecho estelar Corey Kluber.

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En la otra llave están los Medias Rojas de Boston, que deben medir al que se adjudique el comodín entre los Orioles de Baltimore y los Azulejos de Toronto, que se enfrentarán en un solo duelo el martes 4 de octubre. Y todavía están con vida los Tigres de Detroit y los Marineros de Seattle.

En la liga Nacional clasificaron como campeones divisionales los Dodgers de Los Ángeles, que deben eliminarse en la postemporada con los Nacionales de Washington, así mismo en una serie al mejor cinco cotejos. Los Cachorros de Chicago, el mejor equipo de toda la campaña (al momento de escribir esta columna tienen 100 victorias y 56 derrotas), que sobrepasará el centenar de triunfos en la fase regular, espera rival.

El adversario de los Cachorros saldrá de un único partido que protagonizarán los Mets de Nueva York y los Gigantes de San Francisco, el miércoles 5 de octubre. Siguen con vida los Cardenales de San Luis.

Hay una pregunta en el ambiente: ¿Los Cachorros podrán vencer el embrujo y la llamada maldición de la cabra? Este equipo tiene más de un siglo sin ganar una Serie Mundial. La respuesta la tendremos cuando haya caído el último out del llamado clásico de octubre, que este año se podrá extender hasta el 2 de noviembre, en caso de ser necesario.

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Este año la Serie Mundial se iniciará el martes 25 de octubre en casa del ganador de la Americana, por haber triunfado el Juego de las Estrellas.

Los Yankees, el equipo más querido y odiado de las Grandes Ligas, se quedó en la historia. Hace algunas fechas transfirieron a algunos de sus mejores jugadores como el boricua Carlos Beltrán, al cubano Aroldis Chapman y Andrew Miller. Álex Rodríguez se despidió de los Mulos del Bronx cuando estaba a tan solo cuatro jonrones para entrar en el exclusivo club de los 700 cuadrangulares.

Los Yankees ya no son los que fichaban a los mejores agentes libres y ganaban la Serie Mundial a punta de jonronazos, con el complemento de lanzadores estelares y una cerrada defensa. Han rejuvenecido el plantel, pero habrá que esperar que los jóvenes maduren y empiecen a demostrar talento. (O)

Los Yankees, el equipo más querido y odiado de las Grandes Ligas, se quedó en la historia. Ya no es lo que eran antes. Hace algunas fechas transfirieron a varios de sus mejores jugadores.