Desconocido hasta hace poco, el esloveno Aleksander Ceferin, elegido este miércoles al frente de la UEFA, es un jurista de 48 años que supo jugar con su imagen de renovación en una escena futbolística adornada de corrupción, frente a alguien de la vieja guardia, el holandés Michael van Praag, de 68.

Elegido por una aplastante mayoría de 42 votos contra 13 del holandés por los 55 delegados de la instancia europea del fútbol, reunidos en Atenas, es el primer presidente de la organización, salido del Este de Europa.

Ojos azules, físico de yerno ideal y reputación de nervios de acero, el esloveno sucede al francés Michel Platini, suspendido por cuatro años tras el pago controvertido de 1,8 millones de euros, recibidos en 2011 de Joseph Blatter, presidente destituido de la FIFA.

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Ceferin, que prometió "hacer de la UEFA una organización tan transparente como sea posible" y de "seguir la vía de la reforma que ha iniciado la FIFA", se beneficia de su estatus de recién llegado a una instancias malheridas por los escándalos de corrupción.

La UEFA elige a Ceferin presidente y Platini se despide con un discurso #AFP https://t.co/9NcOgf2dh2 pic.twitter.com/6FLkDk6A3l

Patrón de un afamado gabinete jurídico esloveno, este padre de tres hijos, con un gran talento diplomático, solo tomó sus primeras responsabilidades en el mundo del fútbol en 2011, accediendo a la presidencia de su federación, en un pequeño país de dos millones de habitantes.

Apoyo a candidatura

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Según sus propias palabras, su candidatura al frente de la UEFA había sido promovida por las federaciones escandinavas.

"Después de lo que pasó con Michel Platini, los escandinavos me llamaron para decirme que pensaban que yo sería el candidato ideal", confió recientemente al diario esloveno Delo.

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¿Ese apoyo sería a cambio de la atribución de la Eurocopa, que estos países aspiran a organizar en 2024 o 2028? Ceferin desmintió haber hecho tal promesa.

Ceferin también negó la información de un semanario noruego que le acusó de estar teledirigido por el nuevo hombre fuerte del fútbol mundial, el italo-suizo Gianni Infantino, presidente de la FIFA.

Apadrinado de entrada por Italia, Aleksander Ceferin también fue criticado por el apoyo ostensible que le dio el gobierno ruso.

"Un día soy la marioneta de Platini, otro día de Infantino, al siguiente de Rusia, después de Italia", ironizó.

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"Algunos periodistas parecen tener dificultades para creer que un tipo que procede de un país pequeño como Eslovenia pueda ser un candidato independiente. Pero créanme, lo soy", aseguró al diario austríaco Kurier.

"La gente quiere un hombre más joven, con ideas nuevas, y que no esté aquí desde siempre", afirma.

Reforma de Champions

Próximo de los países pequeños, aunque asegura también ser cercano a las grandes, Ceferin afirma ser partidario de la fórmula de una Eurocopa de 24 naciones (frente a 16 antes), estrenada este año en Francia, pero que no es apoyada de forma unánime.

Deploró la nueva reforma de la Liga de Campeones que garantiza cuatro plazas en fase de grupos a Alemania, Inglaterra, España e Italia, aunque añadió que no podrá hacer nada para pararla.

Apoyado por el conjunto de las federaciones salidas de la antigua Yugoslavia, presumiendo de haberlas reunido por primera vez en una mesa en 2015, el esloveno también logró atraer hacia sí a los pesos medios y pesados, como Portugal, Francia y Alemania, un país candidato a la organización de la Eurocopa-2024.

"Manifiestamente, estas naciones piensan que la UEFA necesita de un perfil como el mío para dirigir la organización", señaló Ceferin.

Para la Federación Francesa de Fútbol, su figura "marca una voluntad de reunión y de solidaridad entre las federaciones". (d)