A sus 54 años, el navegante argentino Santiago Lange está agotado y dolorido. Y a las puertas de ganar una medalla de oro.

Los Juegos Olímpicos pueden parecer una celebración de la perfección de la juventud, pero hay muchos veteranos como Lange diseminados en una sorprendente cantidad de deportes.

En remo y gimnasia hay ejemplos de atletas con más de 40 años, y en la hípica varios cuentan más de 50, incluido la neozelandesa Julie Broughman, de 62, la más "experimentada" de toda la competencia.

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Lange ya estuvo en cinco Olimpiadas y ganó dos medallas de bronce. Ahora, su catamarán Nacra 17, donde lo acompaña Cecilia Carranza Saroli, de 29 años, lidera la regata en la antesala de la carrera por la medalla, lo que le otorga una excelente oportunidad de incrementar su tesoro.

Navegar no conlleva las mismas demandas físicas que correr o competir en gimnasia, pero el veloz catamarán Nacra requiere agilidad, lucidez y resistencia para pasar días rebotando sobre las olas y capeando todo tipo de clima.

"Hoy lo sufro. Me cuesta. Me cuestan más las cosas", dijo Lange a la AFP en la base olímpica Marina da Gloria, admitiendo estar exhausto tras su última victoria. "Me cuesta hasta sacar el bote del agua".

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Y el dolor en las articulaciones no es la única preocupación que tiene.

Lange pasó por una cirugía el año pasado debido a un cáncer de pulmón y no compitió durante meses. Y por si fuera poco, en estos Juegos tiene a dos de sus hijos navegando para el equipo argentino en la clase 49er.

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"Han sido unas Olimpiadas muy emotivas", dijo. "Estuve en varios otros Juegos pero nunca lloré tanto como en la ceremonia de apertura o en la mañana siguiente de la inauguración. Solo".

Deportistas viejos, trucos nuevos

El brasileño Robert Scheidt, de 43 años, busca agrandar su colección de cinco medallas para convertirse en el navegante más premiado de la historia olímpica. Y la remera Katherine Grainer, de 40 años, se transformó en Rio en la mujer más laureada de Gran Bretaña en los Juegos Olímpicos.

En el listado de veteranos también están la estadounidense Kristin Armstrong, que a sus 43 años ganó la prueba de ciclismo contrarreloj, y el basquetbolista argentino Emanuel Ginóbili, que con 39 años aún juega en la NBA.

Incluso el atletismo tiene sus ejemplos.

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Bernard Lagat nació en Kenia pero corre para Estados Unidos en la prueba de 5.000 metros. Tiene 41 años y sus primeras Olimpiadas fueron las de Sídney en 2000.

"Entreno con deportistas jóvenes y no siento que esté viejo", dijo Lagat a AFP el mes pasado, tras finalizar las pruebas clasificatorias para el equipo nacional en Oregon.

"Si uno cree que es viejo, entonces va a correr como un viejo. Estos chicos me empujan para adelante todos los días", señaló.

Probablemente el caso más desafiante en cuestiones de edad sea el de la gimnasta Oksana Chusovitina, de Uzbekistán, que a sus 41 años disputó sus séptimos Juegos Olímpicos en una disciplina dominada por adolescentes.

Los veteranos en deportes ecuestres

Pero a la hora de ser amable con la veteranía, nada supera a los eventos ecuestres, donde los caballos hacen el trabajo físico y la experiencia vale mucho.

Compañero de equipo de la neozelandeza Broughman, Mark Todd tiene 60 años e hizo su debut olímpico 32 años atrás en Los Ángeles, donde ganó la primera de su dos medallas de oro.

"De hecho estoy cabalgando contra los hijos de los que competían contra mí", explica con simpatía este jinete que ya es leyenda.

Tal vez no todos sean tan jóvenes.

Entre sus rivales está el británico John Whitaker, de 60 años, y su hermano menor Michael de 56.

Regresó a la natación

Anthony Ervin fue el nadador más veloz en Rio de Janeiro y tiene ahora una medalla de oro para reemplazar la que ganó 16 años atrás, y luego subastó.

En 2004 recibió 17.000 dólares por la presea que ganó en Sídney después de nadar en 21.98 segundos, casi un segundo más lento que los 21.40 que hizo el sábado a los 35 años.

"Por ahora me la quedo", expresó el estadounidense después de ganar el ahora más viejo medallista de la historia, que se impuso por una centésima al campeón defensor, el francés Florent Manaudou (21.41).

"Ha sido una aventura increíble. Pensar que después de 16 años estoy de regreso en el podio de los Juegos Olímpicos. Todo el crédito es para la gente que me ama y me apoya: mi familia, amigos, entrenadores, mi país", indicó.

Ervin ganó en Rio además un oro con el equipo de relevos 4x100m libres, en el que estaba Michael Phelps, otro veterano que por su parte dice adiós a la carrera olímpica.

Pasión y disciplina

Cuando le preguntan cuál es su secreto, Lange dice que la navegación es un deporte mucho más permisivo con la edad que muchos otros. "Tengo una joven dama que ata todos los cabos por mí", bromea.

Carranza dice que Lange no es muy flexible a la hora de la disciplina.

"Lo que admiro de él es que siempre somos los primeros en entrar al agua para entrenar. Y siempre somos los que más navegamos durante el día", sostuvo.

Lange debe luchar para mantenerse en forma porque la fortaleza puede que sea menos importante que la experiencia, pero sigue siendo vital.

"Es un deporte muy mental y estar saludable y fuerte ayuda mucho", explica.

No obstante, lo que más importa para estar arriba en la competencia es el hambre de nuevos logros.

"Lo que veo con Santi es que cuando tenés pasión y amás lo que hacés, podés hacerlo todo el día", dijo Carranza.

Para él, incluso llegar a ir a los Juegos de Tokio dentro de cuatro años sería "un sueño". "Si mis rodillas y la espalda sobreviven, voy", anunció. (D)