En la celda de una comisaría de Baltimore, adonde pasó la noche del 29 de septiembre de 2014 tras ser arrestado por conducir en estado de ebriedad, Michael Phelps decidió darle un vuelco a su vida, al comprender en su verdadera magnitud lo que significaba ser una leyenda.

Hasta entonces, había sido como otros muchos chicos que, mientras transitan a toda velocidad por la vida, infringe algunas reglas, ajeno a las consecuencias futuras de sus actos.

“Aquella noche alguien o algo me gritó en el oído que necesitaba cambiar, volver a enfocar mis prioridades”, le reveló Phelps al programa USA Today hace unas semanas, en una entrevista-compendio de su vida.

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De aquel Phelps inmaduro, al otro Phelps que luego de un retiro tras Londres-2012 regresa esperanzado a Rio-2016, median importantes acontecimientos que transformaron su vida personal: dejó atrás a los “amigos” tóxicos, se comprometió con su novia Nicole Johnson, hizo las pases con su padre, que le criticaba su vida loca, y se sintió realizado con el nacimiento de su primer hijo, Boomer.

En Rio, el 'Tritón de Baltimore' competirá en los 100 y 200 m mariposa y los 200 m individual combinado, y probablemente en los relevos 4x200 m libres y 4x200 m combinado.

El desafío de Rio

A sus 31 años, Phelps llega a esta cita olímpica con la misma ilusión que tuvo en sus primeros Juegos Olímpicos, en Sídney-2000: ganar una medalla, de cualquier color.

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En aquella ocasión se tuvo que conformar con un quinto lugar en los 200 m mariposa, pero cuatro años después fue la gran estrella de los Juegos de Atenas, con seis medallas de oro y dos bronces.

En Pekín-2008 arrambló con ocho oros y comenzó a tejer su leyenda.

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En Rio, Phelps tendrá fuertes y más jóvenes oponentes, como el húngaro Laszlo Cseh, el japonés Kosuke Hagino, y su compatriota Ryan Lochte.

Phelps es sin dudas el mejor nadador de todos los tiempos bajo presión.

Pese a la deuda de entrenamiento, la edad y deficiencias técnicas por la falta de preparación, fue capaz de clasificarse a sus quintos Juegos Olímpicos, primer nadador estadounidense que logra esa hazaña.

Llega a Rio siendo el segundo más rápido del mundo en los 100 m mariposa este año (51.00), sólo 15 décimas de segundos por detrás del húngaro Laszlo Cseh (50.86) y por delante de su compañero Tom Shields (51.20).

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En los 200 m mariposa, un evento para el que se ha calificado en cada uno de los últimos cinco Juegos Olímpicos, es sexto en el ránking mundial 2016 con 1:54.84. De nuevo el húngaro Cseh le aventaja, con 1:52.91.

En los 200 m combinado es el número dos del mundo con crono de 1:55.91, por detrás del emergente joven japonés de 22 años Kosuke Hagino (1:55.07).

El renacer

En 2004, dos meses después de regresar de los Juegos Olímpicos de Atenas con seis medallas de oro y dos de bronce, Phelps fue arrestado por manejar ebrio.

A comienzos de 2009, meses después de sus ocho metales dorados en Pekín-2008 y ser declarado el nadador más laureado de la historia olímpica, se vio obligado a admitir un comportamiento lamentable, tras la publicación de una foto en la que aparecía utilizando un bong (pipa de agua), aparato utilizado para fumar marihuana.

No fue procesado por faltas de pruebas, pero la Federación Estadounidense de Natación (USA Swimming) lo suspendió por tres meses, y anunciantes como Kellogg's le retiraron su auspicio publicitario.

Después vino su segundo tropezón con la bebida, que pagó además con una suspensión que lo privó de competir en el Mundial de 2015, lo que retrasó su preparación rumbo a Rio.

Pero si dicen que los golpes enseñan, Phelps considera haber recibido ya bastantes y tener aprendida la lección.

Podría no ganar medallas de oro en Rio, pero el sólo hecho de competir en sus quintos Juegos Olímpicos y ser el deportista más laureado de la historia, lo colocan en un lugar privilegiado entre las leyendas que pululan el Olimpo deportivo. (D)