Lo de Independiente del Valle nos ha llenado de orgullo a todos los ecuatorianos que estamos interesados en el deporte y en la marcha de nuestro fútbol. Su llegada a las semifinales de la Copa Libertadores 2016 y su ubicación entre los cuatro mejores equipos del torneo puede considerarse una gesta de enormes dimensiones.

No es un ‘equipo chico’, como se lo ha llamado en varios comentarios. Es hoy más grande que muchos ‘grandes’ que quedaron en el camino. Lo que ocurre es que compite sin la estridencia de los que se llenan de contrataciones publicitadas que luego constituyen un fracaso; no cuenta con barras bravas de cuchillo, bombo y corneta; tampoco tiene en su nómina ‘analistas y documentalistas’ de alquiler para magnificar sus triunfos. Marcha solo, acompañado de dirigentes que planifican su labor, que presupuestan sus gastos sin exageraciones para no caer en crisis financieras; no ha tenido que recurrir a colectas ni sus directivos han llorado al contabilizar sus deudas. Y lo más importante: tiene un largo y positivo trabajo de divisiones menores que le garantiza un luminoso futuro. Sale a comprar poco y no cae en el cuento de empresarios que les venden a émulos de Lionel Messi que luego no saben si es balón es redondo o cuadrado.

Independiente está en semifinales. Dejó atrás a River Plate, campeón de la Libertadores, y hoy se prepara para medir a Boca Juniors, cuya historia no es necesario transcribir. Los de Sangolquí han dejado la impresión de que no se achican ante los pergaminos adversarios. Son jóvenes, algunos con debut copero, pero se plantaron en el área ante Pumas y convirtieron los cinco penales con la solvencia de gente experimentada. Tal vez convenga que lean una anécdota que revela el papel importante de la personalidad ganadora. Antes del partido final del Mundial de 1950 entre Brasil y Uruguay, en el camerino de un estadio que rugía con 200.000 personas en las gradas, un dirigente se acercó a los jugadores charrúas y les dijo: “Muchachos, no se preocupen, con llegar a la final ustedes ya cumplieron”. El recordado Negro Jefe Obdulio Varela, capitán de la celeste, le replicó en tono airado: “Los de afuera son de palo. Cumplidos solo si somos campeones”. Y aquel 16 de julio de 1950 Uruguay derrumbó a la cátedra. Le ganó a Brasil por 2-1 para producir la hazaña que dio en llamarse ‘El Maracanazo’.

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Y de la alegría, debemos pasar a la vergüenza. En el torneo de segunda división organizado por la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) un equipo venció a otro por 44-1. El hecho ha sido registrado en todos los medios de comunicación del mundo. Un gol en contra cada dos minutos. Y no es para reír, pues revela cómo se conduce el fútbol en el Ecuador. No hay control de calidad para los equipos; juega cualquiera que puede remendar una oncena con gente que jamás vio un balón en su vida.

Para sumar en ese paisaje de desgracia, la fiscal que lleva el trámite judicial contra Luis Chiriboga, expresidente de la FEF, declaró que éste deberá justificar el manejo de $ 2,6 millones que recibió de parte de la Conmebol, y $ 2,2 millones de Sport TV, por los contratos de derechos de televisión. La primera cifra, correspondiente a la llamada Casa de la Selección, se recibió cuando la obra estaba terminada. Los peritos que analizaron los gastos no encontraron facturas. Desde su lugar de detención, el expresidente de la Conmebol, Eugenio Figueredo, negó que este organismo haya donado esa suma y pidió que le pregunten a la FIFA. Todo en oscuras hasta el día de hoy.

¿Qué han hecho los dirigentes actuales de la FEF para aclarar este embrollo? La respuesta es simple: Nada. Han pretendido hacernos creer que el problema no es de ellos sino de la justicia, pero no han realizado nada por ayudar a la justicia. En Chile la Asociación que gobierna el fútbol contrató hace tres meses una auditoría con una prestigiosa firma internacional. El examen reveló escandalosos fraudes cometidos por el directorio que presidió Sergio Jadue, libre bajo fianza en Estados Unidos. El actual presidente de ANFP dijo, en un discurso hace pocos días,: “La ANFP siempre fue la mayor perjudicada en las gestiones que llevó a cabo la administración anterior y de acuerdo a los antecedentes que se han investigado todo indica que aquí hubo una organización para delinquir y defraudar”. La ANFP es hoy parte de los juicios en Chile y expulsó a Jadue y a todos los miembros de su directorio.

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En una entrevista con Diario EL UNIVERSO el presidente de River Ecuador, Mario Canessa, al hablar de este tema en nuestro país, señaló: “Se llevaron las computadoras, hicieron auditorías forenses, han testimoniado actuales dirigentes, están perseguidos funcionarios, está enjuiciado el que era presidente, ¿que la FEF no es parte del proceso? ¡Por Dios santo! En otros países sí han juzgado las conductas y han hecho aclaración de cuentas, porque quieren salvar la imagen. Nosotros qué hemos hecho para lavar la imagen de nuestro fútbol, ¡nada, no se ha hecho nada!".

Y esto no es todo. Cuando la FEF privó a los clubes de su derecho a contratar con la de televisión, con el voto de los actuales dirigentes, se dijo que era para que dichos clubes no tengan nunca más problemas económicos. Hoy las entidades están peor que ayer. Hasta hace pocos días no recibían los dineros que les correspondían desde enero. ¿Cuál fue la actitud de la FEF? Su presidente declaró: “la FEF hizo los esfuerzos, pero no tuvo respuesta (de los canales), ahora los clubes y asociaciones verán la manera de cobrar por sus propios medios”. Olvidó el presidente que quién suscribió el contrato con los canales incautados fue la entidad que él dirige hoy y por tanto es a ella la que le toca reclamar y demandar su cumplimiento.

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¿Y el contrato suscrito por Luis Chiriboga? En la entrevista con nuestro diario, cuando el periodista Marco Carrasco pregunta a Canessa si los clubes conocían el contrato, éste responde: “No, en lo absoluto. Eso fue absoluta responsabilidad de la Federación, como es su responsabilidad que se cumpla. Nunca supimos (cómo estaba estipulado el contrato), solo se nos hizo conocer los montos que teníamos que recibir. Recién hace poco hemos conseguido copias del contrato y ahí el señor (Francisco) Egas, de la Católica, nosotros, nos hemos dado cuenta de que adolece de garantías”. Y el periodista vuelve a inquirir: “Los clubes no tenían los contratos con los canales. ¿Entonces quién los tenía?” y Canessa revela algo insólito: “No lo hemos tenido, tanto es así que recién conocemos parte del texto. Lo tenía la Federación bajo cinco llaves”. (O)

Y de la alegría, debemos pasar a la vergüenza. En el torneo de segunda división organizado por la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) un equipo venció a otro por 44-1.