Librado Azcona, portero de Independiente del Valle, pasó a la historia de la Copa Libertadores y el fútbol ecuatoriano por su épica actuación en la eliminación a River Plate, actual campeón continental, en los octavos de final del certamen.

Canchallena, sección de deportes del diario La Nación, reveló los secretos del arquero paraguayo-ecuatoriano que lleva seis años defendiendo al cuadro de la ciudad de Sangolquí, en la provincia de Pichincha.

El guardameta llegó a este duelo con una molestia física. “Tengo un esguince en el tobillo derecho desde hace dos meses. Y anoche, en el entrenamiento que hicimos acá para reconocer el estadio, pisé mal y me doblé. Casi no juego, pero no, ni loco me perdía este partido, no podía dejar a mis compañeros (utilizó una bota especial para este compromiso)”, comentó al medio argentino, y agregó: “Soy devoto del Divino Niño Jesús y de la Virgen de Caacupé”.

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El diario destaca que durante su diálogo con Azcona “un rosario se puede ver colgado de su cuello. Y enseguida saca de su mochila una réplica de esa Virgen que lo acompañó al Monumental”.

“La fe católica lo acompaña desde la cuna: Azcona se llama Librado por santa Librada, una virgen española del siglo VI. Y nació hace 32 años en Caacupé, justamente, la ciudad paraguaya que lleva el nombre de la Virgen patrona del país”, resalta el rotativo.

“A alguna de las dos, o quizás al santo de los arqueros, se encomendó las pocas veces que sus manos no llegaron a tapar la batería de disparos que River libró contra él. Y le dieron una mano: los palos rebotaron esas pelotas imposibles”, agrega.

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Azcona manifestó: “D’Alessandro me dijo: ‘Dejá entrar alguna’. Yo lo abracé y le contesté que estaba teniendo suerte”.

Ahora Independiente del Valle se medirá al Pumas de México en los cuartos de final de la Libertadores. (D)