Raúl Horacio Madero (1939) fue zaguero de Estudiantes de La Plata y ganó tres veces la Copa Libertadores (1968, 1969, 1970) y la Intercontinental (1968). En ese club conoció a Carlos Salvador Bilardo, que como él estudió Medicina. Madero fue médico de Argentina en los mundiales de México 1986 e Italia 1990. No guardó un buen recuerdo de Bilardo, como lo dijo en la revista El Gráfico, entrevistado por Diego Borinsky.

¿Cómo hizo para aguantar ocho años a Carlos Bilardo cuando usted fue médico de la selección argentina?
No sé todavía porque Bilardo es histérico. Me fui dos veces de la concentración; Carlos Pachamé (asistente) otro tanto, el profe (Ricardo) Echevarría (el preparador físico) igual. Nos íbamos a buscar entre nosotros cuando uno se iba.

¿Por qué se iba?
Porque me crispaba los nervios. En ciertos momentos lo quería matar. Incluso llegué a amenazarlo con una jeringa gigante ya preparada para que no entrara a mi habitación, en las concentraciones largas.

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¿Una jeringa?
Exacto. “Ven, entra, que te la meto en el abdomen”, le decía. Bilardo es un tipo que sabía de fútbol, sí; que copió muchas cosas de Osvaldo Zubeldía (DT de Estudiantes), pero se sobró, a diferencia de nosotros, el profe Echevarría, Pachamé y yo, que tuvimos siempre los pies sobre la tierra. En un momento Bilardo decía “se va Julio Grondona y el fútbol se arregla” y a los dos meses estaba a besos y abrazos con Grondona. eso no se hace.

¿Hace cuánto que no habla con Bilardo?
Hace 15 años.

¿En Estudiantes usaban alfileres y tiraban tierra a los ojos de los arqueros?
Zubeldía nunca nos pidió eso. El único que tomaba ventaja en ese aspecto era Bilardo. Un día, Zubeldía nos reunió para felicitarnos. “Estamos teniendo éxitos extraordinarios con las jugadas de pelota parada”, nos elogió. Y salta Bilardo: “¿Y a mí no me dice nada, que toqué todos los genitales de los rivales que forman las barreras?”. Ese era Bilardo. El mismo que le sacó los lentes de contacto a Nobby Stiles, en la cancha de Boca, y después los pisó, en la final (de la Copa Intercontinental de 1968). contra el Manchester United.

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¿Pachamé era de hacer cosas como Bilardo, o no?
No, eran distintos. Bilardo era un tipo que si veía un rival que estaba con náuseas, iba y le pegaba en la espalda para que vomitara.

Está enojado con Bilardo, ¿cuál es el problema?
Ha hecho muchas cagadas este tipo, fregó a muchos compañeros míos.

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¿A quiénes?
Los perjudicó a Pachamé y a Echevarría, el tipo más bueno que conocí. Tras el Mundial 1990, Bilardo avisó que se iba de la selección. Pachamé y el Profe necesitaban trabajo, que los ubicará en cualquier lado y no les dio bola. Tal es así que cuando el profe Echevarría se le diagnosticó un cáncer de páncreas estaba con todos los tubos conectados y no quiso recibirlo a Bilardo.

¿Cómo consiguieron que Diego Maradona estuviera tan bien en México 1986?
Lo decidió Diego. Recuerdo un día que el Bilardo dio unas horas libres, y me quedé solo en la concentración. “Por fin solo, nadie me pide nada”, pensé. Igual, yo tenía a mi pajarito guardián, con su walkie talkie, y estaba al tanto de todo. Diego andaba con una actriz mexicana. Me puse a comer algo y de golpe cayó Diego, solito. Me consultó si podía comer conmigo. Le dije: Diego, ¿por qué regresó? Podría estar con una mujer preciosa, pero en situaciones así uno toma una cervecita y la verdad, lo que quiero es ser campeón del mundo”. Cuando escuché eso, dije: “Ya está, no le van a sacar la pelota”.

¿Es verdad lo del bidón (de agua con un medicamento que fue ofrecido por el cuerpo técnico argentino a los brasileños en el Mundial de Italia 1990 y los afectó)?
Eso pregúntenselo a Bilardo, no a mí. (D)

(Antes del inicio del Mundial 1986) Daniel Passarella fumaba y tomaba whisky por las noches y pensó que los cubos de hielo no le iban a hacer nada. Agarró un virus y luego se desgarró (y no jugó el torneo).Raúl Madero, Exmédico albiceleste