Desde el comisionado de la NBA Adam Silver hasta su mejor amigo Pau Gasol, el mundo del básquet ha reaccionado con sorpresa y algo de tristeza al anuncio de Kobe Bryant de retirarse al final de la presente temporada 2015-2016.

Con Bryant se irá también toda una era. El último de los mohicanos de una época de oro que compartió cancha con leyendas como Michael Jordan y Shaquille O'Neal.

“Kobe Bryant es uno de los mejores jugadores en la historia. Lo mismo en una final de la NBA que cuando entrenaba solitario a medianoche en un gimnasio vacío, Kobe tuvo un amor incondicional por el baloncesto”, declaró Silver.

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Siempre con el equipo de su vida, Los Ángeles Lakers, y su uniforme oro-púrpura número 24, Kobe deja tras sí varios récords difíciles de igualar.

En 2006 encestó 81 puntos ante Toronto Raptors, la segunda mejor anotación de la historia por detrás de los 100 tantos de Wilt Chamberlain en 1962.

Su trayectoria de 20 años con los Lakers él la describe como el fenómeno del ‘héroe y villano’, el cual abordó en la carta que se repartió a los aficionados en Los Ángeles la noche del domingo, luego de revelar que jugará hasta abril.

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Bryant fue un héroe: cinco veces campeón (tres anillos al lado de Shaquille O’Neal y dos junto a Pau Gasol), 17 veces seleccionado al Juego de Estrellas y el tercer máximo anotador en la historia de la NBA.

Fue también un villano: Idolatrado por los fanáticos de Lakers y detestado por los hinchas de los otros 29 clubes, Bryant siempre insistió que ese desprecio lo motivaba más.

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Pero el ídolo de 37 años empezó a desmoronarse en abril de 2013. Se rompió el tendón de Aquiles y en una noche de amargura volcada en Facebook creyó que era el final. Muchos lo dieron por acabado y eso le sirvió de combustible para demostrar que no tenía límites. Pero los tenía. Se rompió luego la tibia y después se desgarró el hombro. Disputó 41 partidos las últimas dos temporadas.

“He trabajado realmente duro para no jugar como una m... y estoy haciendo todo lo que puedo”, dijo Bryant, tras el encuentro del domingo en que su equipo perdió ante los Pacers de Indiana (107-103), cuando explicó un poco más las razones de un adiós largamente anunciado por el declive de un cuerpo golpeado por la exigencia de casi 20 años en la élite.

Su carrera ha sido larga y fecunda. Con los genes mejorados de su padre, Joe, muchos años profesional en EE.UU. y en Italia, Kobe, a sus 18 años, saltó de la secundaria a la NBA sin pasar por la universidad.

De su infancia en el país transalpino, Kobe aprendió a hablar italiano y español con fluidez. Se hizo hincha del Milán, llegó incluso a jugar en la categoría infantil del club con intenciones de convertirse en futbolista. Pero su padre regresó a Estados Unidos y el baloncesto ganó una superestrella. (D)

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