Concluyó la XVII edición de los Juegos Panamericanos realizados en Toronto, donde se impusieron 80 nuevas marcas. En lo individual hay que destacar la actuación brillante del nadador brasileño Thiago Pereira al convertirse en el máximo ganador de pruebas en la historia de la justa al sumar 23 medallas en cuatro ediciones, y de la gimnasta estadounidense Laura Zeng, de 15 años, que ganó todos los seis oros disponibles.

En lo colectivo, Estados Unidos por decimoquinta ocasión fue la delegación con más preseas (265 en total: 103 de oro, 81 de plata, 81 de bronce) al desplazar en la última semana de competencias a los anfitriones, que al final se quedaron con 78 doradas, 69 plateadas y 79 bronce.

La tercera posición fue para Brasil que será anfitrión de los Juegos Olímpicos del 2016. Colombia logró una actuación histórica al subir a la quinta colocación con 72 medallas, entre ellas 27 de oro. Sorpresivamente Cuba, con 461 atletas, bajó al cuarto lugar, cuando su tradicional ubicación fue segunda. Las deserciones de cerca de 20 seleccionados fueron alarmantes. Lo peor que pudo pasar lo sufrió el hockey: se fugaron 15 de 32 inscritos y al último cotejo se presentaron ocho de once jugadores en varones.

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Si lo de Cuba fue decepcionante, lo de Venezuela resultó preocupante. Concurrió con 354 seleccionados, casi el doble de Ecuador, y sacó 8 de oro, 22 de plata y 20 de bronce para totalizar 50 (menos cantidad que en Juegos anteriores y fue octavo).

Ecuador mantuvo su proyección de ascenso y mejoró la actuación de Guadalajara 2011. Subió un peldaño al rematar noveno. Se igualó a las siete de oro, se amplió a nueve de plata y se mejoró en bronce al sumar 16 para un total de 32 preseas.

Ninguno de los deportistas tricolores que ganaron oro en Guadalajara pudo repetir y aquí empieza un tema de análisis y revisión. Una de las razones de la baja actuación puede ser el paso implacable del tiempo. O quizás llegaron al techo máximo de rendimiento. O se descuidaron y no se prepararon lo suficiente, o planificaron mal sus competencias. Puede que tengan nuevamente éxitos en Bolivarianos y Sudamericanos, pero deberán demostrar que aún tienen clase y talento para ir a los JJ.OO. del 2016. Por fortuna hubo un grupo de jóvenes que con entrega, sacrificio y dedicación tomaron la posta y subieron al podio para convertirse en nuevas figuras del país.

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Tan pronto retornaron los deportistas, el Comité Olímpico Ecuatoriano, las federaciones nacionales –que deben tener mayor rol de acción–, ya trabajan con sus comisiones técnicas, entrenadores, grupos interdisciplinarios y metodólogos para armar nuevos planes de preparación con topes, circuitos, mundiales para que estos deportistas y que los que vayan surgiendo se sometan a nuevos retos. Las disciplinas que más medallas captaron fueron las que cuyos dirigentes lograron convencer a los funcionarios del ministerio rector de la necesidad de asistir a más torneos, campeonatos, campos de entrenamientos, academias. Y para eso se necesita mejores recursos.

Es urgente que se arreglen las complicaciones de las federaciones que antes dieron muchas alegrías, como boxeo y levantamiento de pesas, que tanta falta hicieron en el medallero. La empresa privada debe dirigir su apoyo y auspicio al deporte, así como debe entenderse que la práctica deportiva debe tomarse como política de Estado, con la misma importancia que la educación y la salud. Pero deben entregar más recursos para los atletas de alta competencia, sin descuidar ni recortar presupuesto al nivel formativo de donde surgen los nuevos talentos que pasan a integrar las selecciones nacionales. (O)