Con homenajes que se replicaron alrededor del mundo, los uruguayos despidieron el pasado viernes al fallecido ídolo de la selección de fútbol Alcides Ghiggia, el hombre que en 1950 silenció a millones de brasileños con uno de los goles más emblemáticos de la historia de los mundiales.

Ghiggia marcó el tanto con el que la Celeste le ganó 2-1 a Brasil para conquistar el Mundial de 1950 y levantar la Copa por segunda vez en su historia, atragantando la esperanza de un país que quería ver a su equipo consagrarse como local.

El exdelantero era el último sobreviviente de la hazaña. Un centenar de personas se aproximó al Palacio Legislativo en Montevideo, donde el exfutbolista, quien falleció el pasado jueves a los 88 años de un ataque cardiaco, era velado con honras de Estado.

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Ghiggia marcó un antes y un después para el fútbol uruguayo cuando anotó a los 79 minutos el gol que silenció a unos 180.000 espectadores el 16 de julio hace 65 años, en un hecho que pasó a la historia como el Maracanazo. Por coincidencia, Ghiggia dejó de existir el mismo día del 65º aniversario de la hazaña en Río de Janeiro.

Nacido el 22 de diciembre de 1926, Ghiggia se destacó como extremo derecho, una posición en la que superaba a los defensas con su velocidad. Antes de la final de 1950, el técnico uruguayo Julio López pidió a sus dirigidos que trataran de habilitar lo más posible a Ghiggia.

“Cuando se previeron los movimientos colectivos, hubo acuerdo en que el partido estaba por la derecha, ahí recaería el juego. (Ghiggia) se hallaba en su esplendor físico y técnico y era sabido por todos que no temía a Dios ni al diablo”, escribió el periodista Franklin Morales en su libro Los laberintos del carácter, una historia de lo ocurrido en Maracaná.

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Ghiggia había iniciado su fulgurante carrera en Peñarol, donde formó parte de una “máquina del 49”, un equipo que ese año se consagró campeón uruguayo invicto con la poderosa delantera integrada por Ghiggia, Juan Hohberg, Óscar Miguez, Ernesto Vidal y Schiaffino, aún hoy recordada. Con ese famoso club uruguayo también ganó el torneo de 1951.

Convertido en héroe nacional tras el Maracanazo, Ghiggia partió a Italia para fichar con la Roma, donde jugó entre 1953 y 1962, equipo con el que ganó la Copa de Ferias en 1961. Luego jugó la temporada 1962-63 con el Milan, con el que logró la Copa de Europa, y gracias a sus orígenes italianos vistió la azzurra en las eliminatorias para el Mundial de 1958.

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Terminó su carrera en Danubio y Sud América, luego de retornar a Uruguay. Se retiró en 1968, una semana antes de cumplir 42 años.

El reconocido deportista, que luego de jugar en Italia pasó años de penuria y llegó a subastar una de sus medallas para construir su casa en un modesto barrio en Uruguay, trataba de no hablar del Maracaná porque decía que le provocaba tristeza no tener vivos a sus compañeros de hazaña. “Eso era muy triste para él, porque fue una época muy especial en su vida. Le tocó despedirlos a todos y ahora todos lo despiden a él”, dijo su hijo Arcadio Ghiggia en el duelo. (D)

Uruguay se olvidó de Maracaná, solo se acuerdan los 16 de julio. No me importa. Sé lo que hice y dejé de hacer. Con mi país cumplí.Alcides Ghiggia Campeón mundial