El Congreso que la FIFA celebra este viernes en Zúrich aprobó el sistema de voto electrónico para las distintas decisiones que debe aprobar, a excepción de la elección del presidente, que se hará de forma tradicional con voto secreto y depositado en una urna.

Esta fórmula es la esperanza para algunos opositores a Blatter de que países que le han manifestado su apoyo en realidad voten por el príncipe jordano Ali bin Al-Hussein, el único rival que concurre a los comicios de hoy, tras las retiradas del holandés Michael van Praag y el exfutbolista portugués Luis Figo la semana pasada.

Representantes de las 209 asociaciones que forman la FIFA están presentes en el Congreso y cada una tiene derecho a un voto. Para cerrar la votación en una sola vuelta se requiere que el vencedor reciba dos tercios de apoyos (139 votos).

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Ali necesita, en este caso, al menos de 70 votos para forzar a una segunda vuelta, en la que se requiere mayoría simple (105 votos) para vencer.

La confederación con mayor número de votos es la de frica (54), seguida de la UEFA, con uno menos. Las sigue Asia con 46, la CONCACAF (América del Norte, Central y el Caribe) con 35, Oceanía con 11 y la CONMEBOL (Sudamérica) con una decena.

Se espera que, con excepciones, la UEFA votará en bloque por Ali, que también recibirá el respaldo de algunos miembros de la CONCACAF, mientras que el resto ha prometido su apoyo, públicamente o no, a Blatter, presidente desde 1998 y vinculado a la FIFA desde 1975.

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Cuarenta años de edad separan a Blatter (79 años), valorado por muchos por su experiencia y madurez, del príncipe Ali, en quien otros miembros -principalmente occidentales- ven una oportunidad de cambio por el espíritu reformista que ha mostrado.

A pesar de los graves escándalos de corrupción que han manchado la imagen de la FIFA en los últimos días, Blatter afronta la elección como favorito.

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En su calidad de candidato-presidente, Blatter tendrá la oportunidad de dirigirse por tercera vez hoy a la tribuna justo antes de la votación, después de la alocución con la que abrió el Congreso y la realizada para posteriormente.

Ali, en cambio, tendrá una sola ocasión de intervenir ante los delegados en un último intento por convencerles de que voten por él. Los dos dispondrán de 15 minutos para pedir el apoyo del Congreso antes de votar.