Tras la conquista del Mundial de Fútbol Brasil 2014, la selección alemana encara un año 2015 de transición, en el que, según dijo su entrenador, Joachim Löw, debe encontrar “soluciones nuevas” que le permitan lograr el título también en la Eurocopa del 2016. “La meta es confirmar el próximo año un éxito como el de la Copa del Mundo”, dijo el técnico de 55 años en una entrevista con la agencia DPA. “Tenemos que reinventarnos en algunos aspectos”, indicó Löw, quien asumió a mediados del 2006, después de lograr el tercer puesto en la Copa organizada por su país, como asistente de Jürgen Klinsmann.

En el 2015 no habrá un torneo deportivo (de selecciones). ¿Qué espera para este año?
Que sigamos evolucionando. Que dediquemos tiempo y paciencia a conseguirlo. Esto seguramente demandará tiempo en algunos aspectos. Pero la meta es confirmar en 2016 un éxito como el de la Copa del Mundo.

Algo que no será fácil si vemos el cronograma. ¿Qué posibilidades tendrá de cambiar algo?
Lo importante es que elaboremos nuestra estrategia y concepto. ¿Qué estímulos nuevos podemos brindar? ¿Cómo y cuándo debiéramos hacerlo para obtener mejores resultados? Conocemos el calendario del primer semestre. Tenemos dos partidos en marzo, uno es por la clasificación a la Eurocopa. La cosa se complica después de la temporada porque los jugadores llegan de una campaña dura, quizás después de haber jugado la final de la Copa Alemana o de la Liga de Campeones. Otros habrán hecho pausas hasta entonces.

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¿Cómo lleva el hecho de que el listón sea ahora el título mundial? Brasil catapultó al fútbol alemán a altas esferas.
La llamada maldición del título no existe, no es una expresión que me guste. Para mí, las expectativas no han aumentado porque las conozco desde hace años. Las tuvimos en el 2006 cuando fuimos anfitriones del Mundial y nos vitorearon en el 2010 cuando volvimos de Sudáfrica (como terceros). Cuando Alemania va a un torneo la presión es siempre alta. Es algo con lo que hay que lidiar.

¿O sea que el título mundial no modificó en nada las aspiraciones?
Nadie nos puede quitar este título mundial. Esto nos puede alegrar por un lado, pero por el otro somos todos lo suficientemente ambiciosos como para fijarnos nuevos objetivos. Los títulos del pasado no nos sirven para el presente ni para el futuro. Ahora tenemos que mirar hacia adelante y reinventarnos en algunos aspectos. Esa es la tarea que tenemos por delante.

¿Qué experiencias pasadas le ayudarán en la nueva etapa?
El hecho de que el equipo se haya convertido en Brasil en una verdadera unidad. Ese es el espíritu que necesitamos en los próximos meses y en el próximo torneo en Francia. En las siete, ocho semanas que anteceden y que dura un torneo se ve la intensidad que cobra el espíritu de equipo. Y muy en especial cuando las cosas se complican.

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¿En qué medida lo ayuda en la búsqueda de esas nuevas soluciones el hecho de que seis equipos alemanes hayan avanzado en los torneos europeos?
En las tareas concretas es de poca ayuda. Pero es bueno e importante que nuestros jugadores recaben experiencia internacional, en particular en la Liga de Campeones. Pero también eso cambia. Nosotros somos los que debemos presentar estrategias y buscar soluciones. El equipo fue evolucionando de forma gradual y continua hasta el 2014. Ahora estamos en el cenit, somos campeones del mundo y desde hace un año, número uno en el ranking.

¿Cómo serán las soluciones?
Aún no tenemos un plan detallado. ¿Qué es lo que queremos conservar? Todavía tenemos que elaborar ideas. ¿A qué nivel debiera llegar el equipo en el 2016? ¿Qué jugadores cumplen con nuestros requisitos? ¿Cómo queremos que juegue el equipo? Tenemos que probar y quizás suframos uno que otro pequeño revés. Pero son cosas que tenemos que prever, que son normales en un proceso. Pero no debemos perder de vista la meta del 2016, que es ganar la Eurocopa.

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Recientemente volvió a convocar a nuevos talentos como Karim Bellarabi, Jonas Hector, Robin Knoche. ¿Es esto una tendencia?
La tendencia de integrar a jugadores jóvenes no es nada nueva. Ya se ha venido dando desde el 2008, el 2009, el 2010. Vimos que los jugadores jóvenes pueden soportar muy bien estas altas exigencias. La intensidad ha crecido más, pero al final lo que cuenta es la calidad, el rendimiento del jugador. Tenemos que ver quién logra entrar en el equipo principal y quién no.

El capitán Bastian Schweinsteiger tiene 30 años y ha vuelto al Bayern tras una larga lesión. ¿Qué espera de él en el 2015?
Bastian es un gran estratega en el mediocampo. Puede ‘leer’ un partido de forma excepcional y dar los impulsos adecuados. En la final del Mundial se lo vio por todos lados, dando todo de sí. En las fases decisivas del partido se engrandeció y puso toda su fuerza y experiencia. Tengo gran fe en él como capitán.

Las secuelas del Mundial, especialmente las físicas, quedaron patentes. ¿Están llegando los jugadores al límite físico con este nuevo tipo de juego que implica correr más de 12 kilómetros?
La intensidad es mayor y los espacios se achican. Hay que estar buscando los huecos y abrirse espacios. Esa es la idea de nuestro juego. Claro que hay un calendario lleno, muchos viajes. A ello se suman las fases relativamente cortas de preparación y regeneración. Lo que se espera es el máximo rendimiento físico y fuerza de voluntad. Es difícil mantener siempre el máximo nivel. (D)

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Años más de contrato tiene Löw, hasta la Eurocopa.

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Debemos conservar esta buena base en la selección alemana, pero también hallar soluciones nuevas. Nuestros rivales evolucionan.Joachim Löw, DT de Alemania