La tenista checa Petra Kvitova, sexta del mundo, arrolló ayer a la canadiense Eugenie Bouchard por 6-3 y 6-0 y ganó el segundo torneo de Wimbledon de su carrera.

Kvitova necesitó únicamente de 55 minutos para ganar, en la que fue probablemente una de las finales más cortas de la historia en el césped del All England Club.

Pronto quedó claro que la final le llegó temprano a Bouchard, que hace solo dos años ganó el torneo de juniors.

Publicidad

Al tercer juego, cuando Kvitova estaba a punto de romperle el servicio por primera vez, Bouchard empezó a dar las primeras muestras de descontento con su desempeño.

En solo 32 minutos la checa se había anotado la manga, por 6-3, con una única noticia esperanzadora para la canadiense: la ruptura del servicio de su rival en la única ocasión de la que dispuso.

Pero el segundo set fue todavía más sangrante para la canadiense, que ni siquiera pudo ganar un solo game para salvar el honor ante una pletórica Kvitova, que superaba constantemente a su rival con golpes fuertes y profundos.

Publicidad

Al contrario que en el circuito masculino, el femenino sí ha vivido su relevo generacional y la de ayer era la primera final de un torneo del Grand Slam con dos jugadoras nacidas en la década de 90.

“No puedo decir que (haber ganado ayer) es más especial que la primera vez, pero tener después de tres años otra vez el título es increíble. Deseaba estar nuevamente aquí”, celebró Kvitova, quien ganó este torneo en el 2011.