La justicia española dijo que el Barcelona defraudó casi por 9,2 millones de euros (12,5 millones de dólares) en la contratación del brasileño Neymar, y citó a declarar al expresidente barcelonista Sandro Rosell y al club como imputados por fraude fiscal, según divulgó ayer el Ministerio de Hacienda.

En un auto hecho público, el martes, el juez Pablo Ruz, de la Audiencia Nacional, estimó que el Barcelona cometió el presunto delito tributario entre el 2011 y 2013 ($ 3,2 millones corresponden al ejercicio 2011 y $9,1 millones al 2013), al no declarar debidamente el pago a sociedades vinculadas al jugador para asegurarse el fichaje.

Ruz explicó que todavía se evalúa la posible defraudación de otros 2,6 millones de euros (3,5 millones de dólares) en el 2014.

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El magistrado citó a declarar como imputados a Rosell y al actual representante del club el 13 de junio, en Madrid. Rosell dimitió tras estallar el caso Neymar en enero.

El club catalán pagó 13,5 millones de euros (18,3 millones de dólares) después de ser denunciado por el supuesto fraude. Pero el pago no le exime de la comisión de delito porque se abonó después de iniciarse el procedimiento judicial.

Ruz abrió una investigación tras la denuncia de un socio del Barcelona al advertir irregularidades en la contratación de la estrella brasileña.

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En su momento, Rosell defendió la escrupulosa legalidad del fichaje y cifró el coste en 57,1 millones de euros (74 millones de dólares).

Sin embargo, su sustituto en el cargo y actual presidente, Josep María Bartomeu, admitió después que la operación rozó los 120 millones de dólares.