Por: Jorge Barraza | jbarraza@uolsinectis.com.ar

Ayudado por el colista Sunderland, el equipo de Gustavo Poyet que tumbó al Chelsea -ya definitivamente entregado en la liga- el Liverpool se siente más líder que nunca en Inglaterra. Y casi campeón. Su gente experimenta la agitación del que está a tiro de la vuelta olímpica; se vive la semana acelerado, eufórico, expectante. Máxime en un club que era el dominador absoluto del fútbol inglés y ahora lleva 24 años sin saborear un campeonato. Hoy lograron otro triunfo celebradísimo: 3-2 al Norwich afuera.

Los Reds tienen sólidos motivos para festejar: uno, ya se jubiló Alex Ferguson, el hombre que les amargó la vida durante 25 años (rival acérrimo del Manchester United, Liverpool reinaba plácidamente en Inglaterra hasta que en 1986 asumió el escocés en Old Trafford y el United lo destronó como máximo ganador). Entre 1993 y 2013, el Manchester logró 13 campeonatos; Liverpool ninguno.

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Otro motivo de felicidad liverpooliana es que por fin se ha armado un equipo acorde a su grandeza, que después de remar de atrás está, por fin, a punto de conquistar la Premier League. Hoy sorteó su visita a Norwich con un 3-2 y consolidó su liderazgo y su ventaja, ahora de puntos sobre el Chelsea (80 a 75). Con dos triunfos y un empate en los últimos tres partidos será campeón, sin importar los demás resultados.

El joven y enérgico Brendan Rodgers (41 años, de Irlanda del Norte) está haciendo un trabajo notable en Anfield. Tomó un equipo que se había acostumbrado a navegar a 25 ó 30 puntos de los buques de punta en las temporadas anteriores, depuró el plantel y le ha transmitido su fuerte carácter, su energía. Ahora van por el título. Ha compuesto un equipo lindísimo, audaz, refrescante. Aún no es una orquesta, pero suena muy bonito. Sale por la victoria en todas las canchas. Es una delicia verlo, ataca con el ejército, la marina y la aviación. Suárez, Sterling, Sturridge (las tres eses de la ofensiva), Henderson, Gerrard, Skrtel se pelean por hacer goles. Se les advierte el entusiasmo que siente el jugador cuando ve que el equipo puede, que está en ascenso y para muchas grandes tardes.

Desde que comenzó el año jugó 16 partidos con 14 victorias, dos empates y 51 goles, a un promedio de 3,18 por juego. Impresionante es poco.

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Una pena que el Liverpool no esté en Champions. Hubiese sido interesante probarse ante el Bayern, la Juventus, el PSG o los españoles. Para tener una idea de su dimensión internacional. El año próximo será animador. Quién sabe si podrá frente al Madrid, el Barsa o el mismo Atletico, porque la Liga Inglesa es por lejos la más atractiva, pero los españoles son los más fuertes. Los únicos a ese nivel son el Bayern, el Chelsea y el PSG. No obstante, será interesante ver a este Liverpool torear a esos gigantes.

Es un equipo frontal y ultraofensivo que en casi todas las fechas protagoniza el mejor partido, es promesa de espectáculo y lleva 96 goles en 35 partidos. Le sobra personalidad en las tres líneas: Skrtel y Agger son dos comisarios en la zaga; Henderson y Gerrard dos tractores en el medio, y Luis Suárez arrasa adelante. Jordan Henderson, 23 años, es una de las revelaciones de la Liga y seguro estará en el Mundial. Un volante de una fuerza mental impresionante, que no es negado con la pelota y llega al gol; inaguantable para marcar y marcando. Gerrard es un prócer del club, capitán de capitanes, y de Suárez no hay más que decir, atraviesa un momento excepcional: es el goleador y el máximo asistidor del campeonato. Pero no están solos, Sturridge y Sterling (ambos están en la selección) son dos atacantes movedizos, peligrosos, con gol. Los acompaña bien el brasileño Coutinho, que encontró allí su lugar. Él aporta la técnica, el refinamiento, una cuota importante de creatividad.

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La contra: tiene un plantel corto. Si Rodgers lleva un arquero bueno bueno (mignolet es apenas normalito), de los varios que hay en la Liga Española, y un refuerzo importante por línea, el año que viene puede ser sensación. Pero para afrontar lo internacional necesita agrandar el plantel. Claro, siempre que al Real Madrid no se le antoje Suárez o Henderson. Porque ahí se le derrumba el castillo. Tottenham había gestado un proceso similar, se le truncó cuando la Casa Blanca le arrebató a Modric y Bale. Con ellos dos, hoy estaría peleando la Liga. Pero les da vuelta la cabeza, les ofrece tres o cuatro veces lo que ganan y el jugador se planta: “O me venden o no juego más”.

Y según se publicó en en las últimas horas, el club de Bernabéu ofrecería 110 millones de euros por el uruguayo.

El domingo, la ciudad de Los Beatles albergará el partido del título: Liverpool-Chelsea. Agéndenlo. El Liverpool va a salir a comérselo vivo al cuadro de Mourinho pues, con una victoria suya y una derrota del Manchester City se aseguraría el primer puesto. Será el premio justo para un equipo que es campeón de la ambición.