La FIFA ratificó ayer a Curitiba como sede del Mundial 2014 pese al atraso en las obras de su estadio, evitando a Brasil la vergüenza de un fracaso en la organización. La ciudad sureña se habría convertido en ser excluida como sede de una Copa del Mundo por retrasos.

El secretario general de la FIFA, el francés Jerome Valcke, juzgó que los trabajos del estadio Arena da Baixada han avanzado lo suficiente desde que el organismo amenazara con excluir a Curitiba del Mundial el 21 de enero anterior.

“Curitiba reconfirmada como sede de la Copa 2014, con base en las garantías financieras, compromiso de todas las partes y progreso realizado”, dijo Valcke en su cuenta Twitter.

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El funcionario de la FIFA advirtió no obstante que “será una carrera apretada contra el tiempo, y el esfuerzo colectivo de todas las partes involucradas en Curitiba debe continuar a un ritmo fuerte”.

De este modo, los trabajos del Arena da Baixada se intensificarán, con un mínimo de 1.500 operarios a pie de obra, hasta alcanzar un nivel en el que pueda contemplarse sin ninguna duda su finalización para el 15 de mayo, aproximadamente.

La Arena da Baixada, con capacidad para 43.000 espectadores, acogerá cuatro partidos de la primera fase (España-Australia, Irán-Nigeria, Argelia-Rusia y Honduras-Ecuador).

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El costo de la reforma del estadio se ha disparado de 60 millones a 320 millones de reales (de $ 25,6 millones a $ 133,66 millones). Aunque están avanzadas en un 90% las obras, en los últimos meses el progreso ha sido sumamente lento, y la FIFA estimaba que a ese ritmo no estaría para la Copa.

Se salva de fiasco
La decisión de la FIFA, que era esperada con nerviosismo por el gobierno, salva a la presidenta brasileña Dilma Rousseff de un fiasco en un momento de débil crecimiento económico y protestas callejeras desde junio pasado contra el enorme gasto público en el Mundial, en vez de en transporte, salud, vivienda o educación.