La Confederación Sudamericana de Fútbol (CSF) destaca que la ausencia de Christian Benítez tendrá incidencia en la selección ecuatoriana de fútbol que jugará en el Mundial de Brasil 2014.

En la crónica, del portal en internet de la CSF, resalta la trayectoria del goleador y las declaraciones de Reinaldo Rueda, entrenador de Ecuador.

Benítez falleció a causa de un paro cardíaco el 29 de julio de este año en Doha, Catar; el delantero llegó al país árabe fichado por El Jaish SC, equipo en el que solo jugó un partido.

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A continuación la nota del ente rector del fútbol sudamericano:

El fútbol ecuatoriano perdió intempestivamente este año a uno de sus goleadores, Christian Chucho Benítez, quien falleció por una falla cardíaca, y su ausencia pesa en las aspiraciones de la selección que disputará el Mundial Brasil 2014.

“No terminamos de asimilarlo”, afirmó el seleccionador Reinaldo Rueda antes del sorteo mundialista celebrado el 6 de este mes en Costa do Sauípe, que ubicó a Ecuador en el Grupo E junto a Suiza, Francia y Honduras.

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El lunes 29 de julio, el deporte ecuatoriano despertó en llanto: Benítez, el artillero de 27 años, murió tras debutar en el fútbol catarí al que había sido transferido semanas atrás luego de su exitoso paso por el Santos Laguna y el América mexicanos.

Su desaparición conmocionó al mundo del fútbol. ¿Cómo un atleta de sus condiciones, sometido a constantes chequeos médicos, podía de repente morir? La familia encendió la hoguera de la sospecha cuando sugirió que Benítez pereció por falta de atención médica tras quejarse de un agudo dolor abdominal.

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El cuerpo llegó a Quito el 2 de agosto. Desafiando las bajas temperaturas de la madrugada, una multitud se congregó en el aeropuerto para recibir los restos de uno de los mayores ídolos deportivos ecuatorianos del siglo XXI.

Por pedido de la familia, el cadáver fue sometido a una nueva autopsia que confirmó las causas del deceso. El goleador sufría un problema coronario, asintomático, que sólo podía ser detectado después de muerto. Benítez “estaba destinado a morir”, declaró Luis Chiriboga, presidente de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF).

Todavía perplejos por la noticia, miles de personas desfilaron frente al féretro con los despojos del Chucho y le rindieron una despedida de héroe. La imagen desconsolada de Antonio Valencia, el volante del Manchester United, con lentes oscuros, vestido de negro y parado frente al ataúd dio la vuelta al mundo.

“Sus goles nos harán falta”

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Hábil, de sonrisa fácil y con una capacidad de definición como pocas en el fútbol ecuatoriano, el Chucho dejó en la orfandad a una selección tricolor que, tras su ausencia, debió sufrir más de lo previsto para clasificarse por tercera vez a una Copa Mundo.

“Los 87 goles que convirtió entre el Santos, el América y la selección nos van a ser mucha falta”, reconoció Rueda, quien dedicó el boleto a Brasil al camisa 11.

El delantero de 1,70 m de estatura, conocido por su disciplina, alegría y talento, jugó 58 veces con el combinado ecuatoriano, marcó 24 goles y era una de las cartas del equipo para el Mundial.

“No es fácil encontrar a un jugador así, con esa gran potencia, esa explosividad, ese juego aéreo. Parecía que su corta estatura era una distracción para los defensas e hizo muchos goles de cabeza porque los sorprendía por su oportunismo, por su potencia aérea”, elogió Rueda.

Benítez anotó su último gol con el elenco ecuatoriano en marzo pasado frente a Paraguay, en la victoria por 4-1 en Quito. Sumó cuatro tantos en la pasada eliminatoria y conformaba con Felipe Caicedo (Lokomotiv, Rusia) una temible dupla de ataque.

El Chucho, que de pequeño lustró zapatos mientras su madre migró a Europa en busca de trabajo, se formó en el club El Nacional de Quito, de las Fuerzas Armadas, y debutó profesionalmente con ese equipo en 2004. En nueve años de carrera marcó 117 goles.

Hijo de Ermen Benítez, uno de los mayores artilleros del fútbol ecuatoriano, también militó en el Birmingham de Inglaterra y en Santos Laguna de México, aunque su página más gloriosa la escribió con el América, con el que se consagró campeón en el torneo Clausura-2013 y máximo anotador con 12 unidades.

El delantero tenía entre sus ídolos al brasileño Romario y se caracterizaba por su talante temerario. “Siempre voy a ganar o voy a perder, pero miedo a nada”. Ecuador sentirá en Brasil la ausencia del número 1.