“¿Es eterno el Flaco? Da esa impresión”, comentó este Diario el 20 de enero de 1964 en alusión a Carlos Raffo, quien 24 horas antes había marcado sus últimos goles como artillero de Emelec (hizo cuatro en un triunfo 4-0 ante Deportivo Quito, en el estadio Modelo).

Después de diez campañas como despiadado goleador azul, de coleccionar vueltas olímpicas, de actuaciones memorables, el Flaco Raffo se transformó en eterno símbolo eléctrico y en figura inmortal, sin importar que en su partida de defunción se establezca que murió ayer, a los 88 años de edad, tras padecer una enfermedad originada por un tumor en el páncreas.

Entre septiembre de 1954 y febrero de 1964, Raffo fue “terror de los arqueros de todo el país”, como lo calificó este Diario el 28 de junio de 1955, un elogio que repitió en 1964, en la temporada de adiós del Flaco de Emelec, club en el que fue factor decisivo para la obtención de tres torneos de Guayas y dos coronas de Ecuador gracias a 133 anotaciones en partidos oficiales.

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“Siempre fue ejemplo de codicia, de hambre de gol, de peligro permanente frente al arco” y “genial conductor de su línea (de ataque)”, virtudes que le dieron cinco títulos de goleador en los certámenes provinciales y uno en el nacional.

Raffo, el Flaco inmortal, será sepultado hoy, a las 12:00, en el cementerio Parque de la Paz.

10 años
Jugó Carlos Raffo en Emelec, entre 1954 y 1964.