La selección española, campeona del mundo y de Europa, dio un gran paso hacia el Mundial de Brasil tras ganar por 2-0 en un partido sin brillo ni gran fútbol en Finlandia, ayer en el grupo I de la eliminatoria europea, donde reforzó su liderato.

Los goles españoles llegaron por medio de Jordi Alba (19 minutos) y Álvaro Negredo (86m), que compartieron protagonismo con Íker Casillas, que pese a ser suplente en el Real Madrid de Carlo Ancelotti fue titular con la selección y llegó, además, a su partido 150 con el equipo nacional absoluto.

España suma ya 14 puntos, con 4 victorias y 2 empates, y superó el partido teóricamente más complicado que le quedaba por disputar en esta fase de clasificación. La Roja dependerá de sí misma en sus dos últimos compromisos, que jugará como local en octubre, ante Bielorrusia y Georgia.

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Esta victoria tiene además un premio añadido, ya que España pudo ampliar a tres puntos su ventaja sobre el segundo del grupo, Francia, que solo empató a 0 en su desplazamiento a Georgia, lo que allana mucho el camino a los españoles.

“Son tres puntos importantes, es lo que interesa, pero fue un partido difícil. Ellos jugaron muy juntos, muy parapetados atrás. Nosotros teníamos que atacar en un espacio muy reducido”, explicó el seleccionador Vicente del Bosque.

Los españoles no se dejaron sorprender esta vez por Finlandia, que en marzo empató a 1 en Gijón y puso a los campeones del mundo en una posición delicada, obligándolos a ganar unos días después 1-0 en París a Francia para corregir el rumbo y recuperar el primer puesto.