“Hemos hecho de todo. Es como meterle agujas a alguien y no ves que sale sangre. Acá, hagas lo que hagas, no se ve reacción de nada. Como equipo solo trabajamos y nos preparamos para ver qué pasa”, se lamentó el delantero del Deportivo Quito Walter Mamita Calderón.

Lo hizo por la situación económica del club, que a punto de cumplir cuatro meses de deuda en sueldos a la plantilla no encuentra vías de solución.

El cambio dirigencial, con la llegada a la presidencia chulla de Fernando Mantilla, el mes anterior, no ha sido la respuesta requerida por los jugadores y cuerpo técnico azulgranas, que apuntan a la crisis financiera como el punto de inflexión para el derrumbe del equipo en su intención de ganar la primera etapa del campeonato.

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“Es una situación muy compleja y aunque estamos convencidos de que podemos rendir más, dimos ventajas al no tener un trato normal, como necesita un equipo de primera, al no concentrar, no entrenar con normalidad. Eso es dar ventajas y lo conoce el rival”, señaló.

El plantel sigue su preparación, pero mantiene la incertidumbre de conocer soluciones a esta situación. Es una “falta de respeto al ser humano, porque tenemos familias a las cuales responder y creo que el grupo ya no soporta esta situación”, comentó el delantero.