Para la mayoría de los mortales, la Unasur es una cuestión abstracta de la que se habla en la prensa sin relevancia alguna en sus vidas.
La intervención de Lenín Moreno presentando su plan económico marca un hito. Es la capitulación conceptual de una década de tribalismo ideológico por parte de Alianza PAIS.
Es casi una verdad de Perogrullo que el esquema institucional perpetuado en la Constitución de Montecristi fue un fracaso, especialmente en lo relativo al Consejo de Participación Ciudadana y Control Social.
Destierro del adversario
Decía Thomas Paine –ideólogo de la independencia americana– que debemos cuidarnos mucho de los gobiernos que “vigilan la prosperidad como a una presa”. Y eso es precisamente lo que sucede hoy en Ecuador.
Imagina que tienes un restaurante, por decir algo.
“Cualquier moneda es, en rigor, un repertorio de futuros posibles”. Borges define así el dinero, y lo hace mejor que cualquier economista.
Hay una frase que usa el Gobierno con frecuencia: “nuestro desafío radica en lograr la supremacía del ser humano sobre el capital”.
La capacidad de destrucción institucional acumulada por el Leviatán estatal en estos años me ha impresionado. He escrito mucho sobre este tema, tanto que ya por momentos temía pasar por fatalista.
La polémica teórica entre libre comercio y el proteccionismo es ancestral. Nadie reinventa la rueda ahí, salvo el presidente del Ecuador. Ese sí me salió con algo sorprendente.
Uno lee lo que ha crecido el Estado y se asombra. La mano visible del altruismo científico está en todos lados, en la educación, en la comunicación, en las finanzas, las telecomunicaciones, por doquier..
El mandarinato no ha perdido su capacidad de sorprender.
Las empresas de telefonía celular tienen el arte de despertar ese furibundo anticapitalista que llevamos dentro. Quién no maldice en arameo cada vez que perdemos la condenada señal, que por cierto siempre se va cuando más la necesitamos.
Creo que si el Yasuní ITT quedase ubicado en Texas, las cosas serían más justas. Me explico.
Para hacer este artículo comencé por una pregunta: ¿cuál es el norte de la política comercial ecuatoriana? Y encontré una respuesta sola: no hay norte, ni sur, ni oeste, ni nada.
Por todo el mundo se erigen monumentos, se escriben cartas y se realizan homenajes al soldado desconocido.
La célebre Isabel Paterson solía decir: “en cuanto ley rara, la legislación antimonopolio se gana el primer lugar. Nadie sabe qué es exactamente lo que prohíbe”.
El Mashi repite siempre una frase que en su mente sonará lapidaria: “la libertad de prensa ha sido históricamente la libertad del dueño del medio de prensa” (#chan). Y con ello pretende justificar sus proyectos de censura (perdón, de regulación) mediática.
La Ley de Comunicación, más allá de su impronta de totalitarismo retro, constituye un hito. Marca la consolidación de un plan progresivamente ejecutado: el Estado lo controla todo, o al menos tiene capacidad para hacerlo.
Hace pocas semanas circuló un dictamen de la Corte Constitucional que ha dinamitado los pocos puentes institucionales que quedaban para ser cruzados por la inversión extranjera.