EFE
Girona.- No hay pausa en los fogones de una cocina de un restaurante como el
Celler de Can Roca, ni aunque hayan sido reconocidos con la distinción
de mejor restaurante del mundo por la revista "Restaurant".

Los
trabajadores vivían hoy con emoción el reconocimiento mientras preparan
los platos que degustarán los afortunados clientes que hoy podrán
sentarse a una de las mesas de este restaurante y que habían reservado
con varios meses de antelación.

Olatz Suárez, recepcionista,
aseguraba que hoy el día estaba siendo de "auténtica locura"; con las
líneas telefónicas colapsadas desde primera hora de la mañana y con una
agenda tan completa que no se podía dar mesa hasta el mes de octubre o
noviembre si la petición era entre semana, y hasta marzo del próximo año
si la petición era para sábado o domingo.

Publicidad

El jefe de cocina del
Celler de Can Roca, Nacho Balcells, también se sentía hoy "orgulloso"
del premio, sobretodo "por poder aportar un granito de arena" al
reconocimiento.

A su juicio, los cinco primeros puestos ya son para
estar orgullosos, "incluso los 50 son muy buenos", y cree que no hay
diferencia entre la primera y segunda posición.

Balcells reconoce
que el trabajo en este restaurante es agradable gracias al carácter de
los tres hermanos Roca, "son muy de casa, muy accesibles" y valora el
trato humano que dispensan a todos los que comparten la cocina.
El reto ahora, asegura, es seguir trabajando como han hecho hasta hoy. "No podemos hacer nada especial", ha señalado.