EFE
Málaga, EE.UU..- El actor Dennis Hopper estará siempre en el imaginario colectivo a lomos de una Harley Davidson desde que dirigió y protagonizó Easy Rider, pero el Museo Picasso de Málaga (sur) desveló desde el lunes sus facetas de fotógrafo, artista plástico y amigo de destacados creadores de los sesenta.

Son 141 fotografías en las que aparecen John Wayne, Dean Martin, Paul Newman, Brian Jones, Ike y Tina Turner, James Brown o Martin Luther King, acompañadas de una selección de su trabajo artístico y de obras de Andy Warhol, Roy Lichtenstein, Claes Oldenburg o Ed Ruscha, además de una muestra de sus obras audiovisuales.

Según relató su hija, Marin Hopper, empezó a hacer fotos en los años 60, “especialmente porque pensaba que no podría dirigir una película y utilizó el medio de la fotografía para expresar cómo quería encuadrar diferentes escenas, y en ese proceso se convirtió en fotógrafo”. “Mi padre decía que los actores, cuando no están trabajando, son tímidos y no les gusta que les hagan fotografías, pero a los artistas les encanta mostrarse delante de una cámara. Él tenía un gran interés en dejar testimonio de esa época”, añadió.

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Sobre su relación familiar, señaló que era “un padre fantástico”, al que le “encantaba la familia”, y que sabía “cómo transmitir esa sensibilidad hacia los niños”. “Era un ícono del macho y del aventurero, pero también alguien muy vulnerable y sensible”, apuntó Marin Hopper, que recordó cómo en 1969, después de rodar Easy Rider, sus padres se divorciaron “y fue un momento muy duro para él”.

El director artístico del Museo Picasso de Málaga, José Lebrero, señaló que la muestra “da cuenta de una vida de cine”, la de un Dennis Hopper nacido en plena depresión económica de los años treinta en Kansas, donde se producían interminables tormentas de arena en las que “la única luz que se veía era la luz del cine”. “En los años sesenta, gracias a las nuevas tecnologías, alguien como Dennis Hopper que no tenía los estudios clásicos o convencionales de una escuela de fotografía pudo hacer ese nuevo trabajo”, según Lebrero, que consideró a Hopper “un avanzado en ese carácter multidisciplinar y en abordar de forma no académica las tecnologías que están a su disposición”.