Algo temerosos y con cierto recelo, los seis hombres identificados en una foto que circuló por las redes sociales y en la que se los veía con un cóndor hembra muerto, ayer afirmaron que no son responsables de la caza de este animal, considerado en peligro crítico de extinción según el Libro Rojo de las Aves del Ecuador, pues el Ministerio del Ambiente estima que solo existen 68 individuos en el país.

La gráfica fue tomada el martes 13 de abril en la comunidad Gualay, parroquia Victoria del Portete, en Cuenca. Ahí, Alberto Nivicela, Manuel y Segundo Chocho, Christian Zumba, Espíritu y Carlos Quinde contaron ayer que ese día participaban de una minga en un canal de riego para restablecer el servicio de agua. Afirmaron que vieron a un vecino del sector montado en un caballo, llevando un bulto de gran tamaño.

“Por curiosidad preguntamos de qué se trataba, él nos respondió que era un ternero, luego dijo que se trataba de un venado. Alguien de nosotros dijo que le vendiera una pierna y él dijo que lo que llevaba era un buitre” relató Chocho, de 35 años, sin dar la identidad del hombre.

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Explicó que, admirados por el tamaño del ave, decidieron tomarse fotografías para enseñárselas a sus familiares. “Ese animal nadie lo había visto jamás. Yo lo había visto solo en el escudo y eso hizo que todos de manera inconsciente se tomaran las fotos”, manifestó.

Carlos Quinde, otro de los trabajadores, indicó que quiere que todo se aclare porque ellos, dijo, no tienen ninguna responsabilidad en la caza del ave. “De ser necesario vamos a declarar” para que las autoridades den con el responsable, acotó.

Mientras, Esteban Torracchi, director del Ambiente en Azuay, indicó que ayer a primeras horas del día se puso la denuncia en la Fiscalía. Dijo que ya se tiene identificado al presunto responsable de la muerte del cóndor y añadió que se llamará a declarar a otros seis involucrados en el caso.

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Según el art. 437 inciso F del Código Penal, se reprime con prisión de uno a tres años a quien cace, capture, recolecte, extraiga o comercialice, especies de flora o fauna que estén legalmente protegidas, pero la pena de prisión es de dos a cuatro años cuando se comete el hecho contra especies en peligro de extinción.

Como los cóndores están en la lista de peligro de extinción, se deben hacer monitoreos. Sin embargo, Torracchi expresó que ese monitoreo se ve dificultado por la falta de acceso a las zonas montañosas y hasta por la presencia de neblina, lo que podría causar que los técnicos se pierdan en el sitio andino.