Sábanas extensas de plantaciones de un verde intenso con pintas amarillas cubren los campos. En los carreteros, camionetas y buses pululan con sacos llenos de mazorcas; sobre el piso de las piladoras y en algunos patios se secan al sol granos de maíz. En la Costa ecuatoriana se vive ya el tiempo de la cosecha de este producto.

En los campesinos hay optimismo. Consideran que este año habrá abundancia de maíz, pues entre los factores que lo permitieron están las lluvias moderadas, que no afectaron el trabajo de los últimos meses en el agro. Otro factor es que el agricultor sembró este año en un 98% con semilla certificada y el restante, con semilla reciclada. Para esta cosecha de invierno se prevé que en Loja, Guayas, Manabí y Los Ríos se produzcan 1’076.000 toneladas, un 53% más de lo que hubo en el 2012: 700.000 t. Mientras, en el 2011 fue de casi 600.000 t.

El consumo nacional es de 1’200.000 t de maíz por año, según concuerdan Manuel Jiménez y Henry Peña, gerente general de la empresa Eicopa y presidente de la corporación de maiceros Ecuador Productivo, respectivamente. Sumado la cantidad que se produzca en este invierno con las posibles 300.000 t para la cosecha de verano, el país estará abastecido con el grano y, destaca Peña, no será necesaria la importación.

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Fue justamente este hecho el que originó que los maiceros de Ventanas, Mocache, Balzar y El Empalme llegaran el 4 de junio del año pasado al puerto de Guayaquil para impedir la salida de camiones que contenían 4.700 t de maíz importado de Argentina, lo que perjudicó a los productores porque no podían comercializar el grano.

Pero esa importación de maíz –más económico que el ecuatoriano– no era lo único que preocupaba. También lo eran la falta de espacios para almacenar y secar el producto, situaciones que se mantienen en la actualidad y que, a criterio de Peña, pone en vilo a campesinos.

“Nosotros pedimos cien centros de acopio en las cuatro provincias, actualmente hay treinta. Ya nosotros hemos cumplido en producir y tener calidad de maíz, ahora esperamos que nos cumplan con la compra y el almacenamiento del mismo”, manifiesta Peña. Igual piensan agricultores como Ángel Bonilla, Dagoberto Freire, Luis Briones y Lida Sánchez, quienes tienen sus sembríos en distintos recintos de los cantones Mocache y Ventanas, en Los Ríos.

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La Unidad Nacional de Almacenamiento (UNA), adscrita al Ministerio de Agricultura (Magap), es la responsable de regular el precio del maíz y de que esté en bodegas para su posterior venta a la industria.

Para Peña, la producción de este año hace que Ecuador sea un país competitivo. “Quizás no al nivel de EE.UU., Brasil o Argentina, por el volumen, pero sí debemos saber que podemos abastecer nuestro mercado”.

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Algunos de los agricultores ya han iniciado una cosecha anticipada, mientras que otros esperarán el mes de mayo para que el maíz esté más seco y, probablemente, poderlo vender al precio oficial: $ 16,50 el quintal. Pero ese costo solo lo obtienen quienes expenden un quintal con máximo el 13% de humedad y 1% de impurezas.

Jiménez, cuya empresa compra a los productores del cantón Ventanas, señala que en lo que va de abril ningún agricultor ha percibido ese monto por quintal, puesto que van con mínimo el 35% de humedad. “Nosotros trabajamos en secado y en limpieza de impurezas con sus productos, por eso baja el pago”, apunta el comerciante.

En las mismas condiciones reciben el producto las piladoras privadas. Oswaldo Oleas, del local Jiménez, en Ventanas, dice que paga a $ 13,50 el quintal de maíz con 35% de humedad. En Interagro, que tiene máquinas para secar el producto, su administrador, Arturo Guim, afirma que recibe el grano con 25% o 35% de humedad y se lo compra al agricultor a $ 13,30.

Sobre los costos, Peña sustenta: “A nosotros nos han dado precios políticos, no técnicos, o sea (que estén) a nivel del mercado internacional. Tanto industrias como dueños están haciendo estudios para ver dónde almacenar, porque tenemos suficiente producción y no dónde meter el maíz”.

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Esto genera preocupación en los campesinos. Carlos Medina, agricultor de Jama (Manabí), cuenta que en el verano se mantuvo el precio, pero que es en mayo y junio cuando sale la cosecha del año y los precios caen. “Es porque no se cuenta con un lugar de acopio propicio para el secado del grano y su mantenimiento para su posterior venta”, señala.

Recuerda que el año anterior tuvo una buena cosecha, pero la falta de un patio de acopio y de sistemas de almacenamiento impidieron que pudiera conservar el maíz y fue ahí cuando los intermediarios “se aprovecharon” pagando a menos de la mitad del precio referente.

Lida Sánchez, dueña de 10 h de maíz en el sector Los Pantanos, en Mocache, metía el pasado miércoles maquinaria a sus terrenos para obtener el grano de entre las plantaciones. Dice que lo hace ahora porque “se está pagando bien” el quintal de maíz aunque tiene hasta 35% de humedad y teme esperar hasta mayo porque ante la alta producción la paga baja.

“Nunca se mantienen los precios. Fíjese, ayer (martes) vendí el quintal a $ 13, hoy (miércoles) me pagaron $ 12,50. Quién sabe cómo estará mañana. No podemos regalar el producto porque esto es un sacrificio arduo”, relata la mujer. Carlos Arboleda, agricultor de Puerto Pechiche, (Puebloviejo), opina que sería conveniente que la UNA ya comience a recibir los productos y a controlar los precios.

Textuales: Desde el agro

Ángel Bonilla
Agricultor de Ventanas

“Esta cosecha sí es más buena que la del año pasado. No hubo lluvias, pero en mi caso el viento hizo caer plantaciones”.