De noche, Caracas es una imagen sonora de la división del país en dos mitades: en el este, los venezolanos golpean sus cacerolas en protesta por el gobierno; en el centro, los chavistas mitigan el estruendo con música y cohetones. Y, en el empobrecido oeste, reina el silencio.

Pero parece que, para evitar dañar su ollas o sartenes por los golpes con la cuchara, algunos venezolanos han tomado otras medidas para darle ritmo a su protesta.

Como en la urbanización de Chacao, al este de la capital venezolana, donde una juguetería vende una campana de plástico, "made in China", que al ser sacudida imita el ruido de una cacerola.

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También aplicaciones como "iCacerolazo" o "Cacerolator" están ya disponibles para iPhone y Android. Medidas como atar una cuchara a las aspas de un ventilador, para que golpee contra la rejilla al girar, ya son populares en Twitter.

Ayer, por cuarto día consecutivo, la mitad de los venezolanos empuñaron sus cucharas y "cacerolearon", a partir de las ocho de la noche, contra el gobierno chavista y lo que considera un fraude electoral que el domingo 14 dio vencedor al delfín del fallecido Hugo Chávez, Nicolás Maduro.

Origen del cacerolazo
El 'cacerolazo' es la protesta generalmente contra un gobierno en la que el descontento se manifiesta mediante el ruido producido al golpear una olla o cacerola con algún objeto.

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Se cree que se originó en Chile, donde este tipo de protesta se popularizó entre 1971 y 1973 contra del gobierno de la Unidad Popular dirigido por Salvador Allende. En los 80 se repitieron, pero con otra ideología política, contra la dictadura de Augusto Pinochet.

En Venezuela esta protesta se popularizó en los años 90 durante las masivas protestas del pueblo venezolano que exigía la renuncia del presidente Carlos Andrés Pérez, en un estallido social que provocó el surgimiento del entonces teniente coronel Hugo Chávez en el panorama político venezolano.

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El 'cacerolazo' también es popular en Argentina donde lo han sufrido los gobiernos de Carlos Saúl Menem en 1996 y de Fernando de la Rúa en el 2001 y se retomarán este jueves en una nueva protesta convocada contra las reformas judiciales y los supuestos actos de corrupción  en el gobierno de la presidenta Cristina Fernández.