El oficialista Nicolás Maduro fue proclamado este lunes presidente electo de Venezuela, pese a que el opositor Henrique Capriles llamó a una movilización popular para exigir que se vuelvan a contar los votos del domingo, desatando una crisis política en el inicio de la era post-Hugo Chávez.

Maduro recibió el acta de proclamación de manos de la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Tibisay Lucena, en un acto solemne en la sede de la institución, ante ministros y funcionarios del gobierno, el alto mando militar y miembros del cuerpo diplomático.

Al defender la transparencia del sistema electoral venezoleno y rechazar los cuestionamientos de la oposición, Lucena precisó que Maduro ganó las elecciones del domingo con 50,75% de los votos contra 48,97% de Capriles, según el último boletín oficial.

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Cientos de chavistas, vestidos de camisetas y gorras rojas, seguían la ceremonia desde una pantalla instalada en la Plaza de Caracas, ubicada frente al CNE, fuertemente resguardada por la guardia nacional y milicianos: "No volverán, no volverán", gritaban, en alusión a la oposición.

"Ganamos por poco, pero vamos a apoyar a Maduro 100%, aquí estamos, Capriles llamó a la gente para generar conflicto en el país, nosotros no vamos a caer en provocaciones, pero a la hora de que ocurra algo vamos a salir a defenderlo", dijo Marta Rodriguez, de 48 años.

Unos 1500 simpatizantes opositores, en su mayoría jóvenes, se manifestaban en la plaza Altamira, lugar habitual de protesta de la oposición en el sector acomodado de la capital, en contra de la proclamación de Maduro. "Se ve, se siente Capriles presidente", "Queremos Venezuela", gritaban agitando banderas venezolanas.

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"El presidente Capriles ganó, solo que no contaron los votos como debe ser (...). Esta noche cacerolazo y el miércoles al CNE", dijo Elis Carvallo, ama de casa de 33 años, con una bandera de Venezuela pintada en la cara, en Altamira.

Capriles llamó a un "cacelorazo" en la noche de este lunes contra la proclamación, así como a una movilización el martes y miércoles para exigir al CNE en Caracas para "solicitar el conteo voto por voto".

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"Si usted va y corre hoy a proclamarse, usted es un presidente ilegítimo y así se lo anuncio a Venezuela y al mundo", expresó el líder opositor, gobernador del estado de Miranda (norte), de 40 años, dirigiéndose a Maduro.

Poco después, el equipo de campaña del chavista acusó a Capriles de "querer dar un golpe contra el Estado, las instituciones, la democracia de este país".

Lucena por su parte llamó este lunes a la oposición a impugnar los resultados de las presidenciales "por las vías legales".

"No será el acoso, la amenaza o el amedrentamiento la vía para recurrir los actos del poder electoral", agregó Lucena.

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"Estamos en una situación muy delicada. El margen es tan estrecho que en un país que está extremadamente polarizado, es difícil de tragar políticamente", declaró a la AFP el sociólogo y analista político Ignacio Avalos.

Ninguna encuesta había previsto un resultado tan estrecho y las últimas estimaban que la ventaja de Maduro rondaba los diez puntos porcentuales.

Maduro, exchofer de bus y exsindicalista de 50 años, tiene previsto tomar posesión el próximo viernes y completar el periodo de seis años de Chávez, iniciado el 10 de enero, tras vencer a Capriles en la presidencial de octubre por 11 puntos, equivalentes a 1,6 millones de votos.

Mientras tanto, la presión internacional también subía de tono. Estados Unidos consideró este lunes como un "paso importante, prudente y necesario" la realización de una auditoría, y la OEA expresó su respaldo al recuento de votos.

El canciller de Venezuela, Elías Jaua, lamentó la postura de la OEA y anunció que fue llamado a consultas su embajador en Madrid debido a que España pidió un "diálogo franco" entre el oficialismo y oposición.

En tanto, aliados del gobierno venezolano como Argentina, Belarús, Bolivia, Brasil, Cuba, Ecuador, Nicaragua, Rusia, ya saludaron la victoria de Maduro.

Tras 14 años de hiperliderazgo de Chávez, Maduro hereda una Venezuela, además de radicalmente dividida en dos, con una economía totalmente dependiente de la renta petrolera y las importaciones, golpeada por el déficit público, la inflación, la escasez de productos básicos y la falta de divisas.

Atacar la inseguridad, que se tradujo en 16.000 homicidios en 2012, la mayor tasa de Sudamérica, también será una de las prioridades del próximo gobierno. A diferencia de Chávez, que eludía ese tema, Maduro propuso en campaña acabar con la criminalidad.

"Para recuperar el país deberá llamar a un gobierno de unidad nacional, no puede progresar el país mientras el gobierno tenga un apartheid político", dijo a la AFP el analista Hernán Castillo.

Dentro de dos años, Venezuela realizará elecciones legislativas para renovar todas las bancas de la unicameral Asamblea Nacional. En las pasadas legislativas de 2010, el chavismo obtuvo la mayoría relativa de diputados debido al sistema de circunscripciones, pero la oposición ganó el voto popular.

Dentro de tres años, el mandato de Maduro podrá ser sometido a un referendo revocatorio, como lo contempla la Constitución bolivariana del 2000.

Seguidores, e incluso detractores, reconocen a Chávez haber dado visibilidad a los pobres e impulsar los programa sociales que bajaron la pobreza de 50% hace 14 años a 29% hoy, según cifras de la CEPAL. Los críticos lamentan, sin embargo, que creó una exclusión política y que usó esos programas para aumentar su caudal electoral.

Capriles dijo este lunes tener información de oficiales de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana que "han sido puesto presos" porque el domingo exigían el cumplimiento de la Constitución" y el respeto a la voluntad del pueblo.

Las Fuerzas Armadas, según los analistas, son clave en esta situación de incertidumbre dado el poder que tienen en la estructura del gobierno (11 de 23 gobernadores son militares).