Por Juan Pablo Arocha para EL UNIVERSO
.- Venezuela se enfrenta hoy a una nueva elección presidencial, apenas seis meses después de que se reeligiera al fallecido Hugo Chávez. Repite en la contienda el candidato opositor Henrique Capriles Radonski, quien se medirá ahora al que por casi siete años fue el responsable de la política exterior de la revolución bolivariana, Nicolás Maduro.

El país es distinto a octubre; la dinámica de la campaña, también. La ausencia de quien por 15 años gobernó al país no solo dejó huérfanos a sus simpatizantes, sino que amenaza con quitar el velo a un sector de la población que olvidaba sus propias deficiencias económicas y sociales ante la fe en su líder.

En Venezuela los bebés no llegan con el pan bajo el brazo, como suele decirse para referirse a la garantía de alimento que da la leche materna. Aquí los pequeños necesitan traer una arepa, una masa de agua y harina de maíz que es ícono de la gastronomía criolla. Sin embargo, ahora está escasa. El producto básico para elaborarlas ha huido de los anaqueles junto con la mantequilla, el azúcar, el aceite de maíz, las servilletas y otra docena más de alimentos; producto de la crisis económica que se ha agudizado en los últimos años.

Publicidad

“Tenemos que recorrer varios mercados antes de poder comprar todos los alimentos, siempre falta algo cuando llegamos a casa”, cuenta Ramón Rodríguez, un comerciante que ronda los 50 años. Este viernes hacía compras de última hora en una zona de clase media al oeste de Caracas para tener víveres suficientes para hoy: “Uno no sabe lo que puede ocurrir, hay que tener comida para los próximos días”.

Hay incertidumbre. Hace un mes se daba por sentado que Nicolás Maduro resguardaría la Presidencia para la revolución, pero la encuestadora Delphos confirma que la caída de su popularidad ha sido acelerada y constante; tanto que una posible desmovilización de una parte del chavismo podría favorecer a Henrique Capriles.

La escasez no es solo de alimentos, también faltan algunas medicinas y productos de higiene, como fármacos para diabéticos, papel de baño y las toallas sanitarias. Oficialmente, en los alimentos se sabe de la ausencia de 17 productos, de acuerdo con una publicación del diario venezolano El Mundo, que reveló la semana pasada un documento secreto que el Banco Central de Venezuela entregó a Maduro.

Publicidad

“Los controles de gobierno son tan grandes que hacen que los productos desaparezcan, de la misma manera en que desaparecerían en una situación de conflicto social”, asegura el economista venezolano Roberto Rigobón, profesor del Instituto Tecnológico de Massachussets, en Estados Unidos.

Abraham Freites, un hombre de 60 años de clase media, viaja de Caracas a La Guaira, el litoral venezolano –a una hora de la capital–, para comprar los insumos para su local de comida italiana ubicado en un centro comercial al sureste de la ciudad. “Allí conseguimos harina para la pizza. Madrugo y voy con mi hija, porque solo venden tres paquetes por persona. Hay que hacer varias veces la fila para poder conseguir lo que necesitamos para el negocio”, cuenta.

Publicidad

Malos números
Aunque el gobierno trazó como meta un crecimiento económico del 6% para este año, el Instituto de Estudios Superiores en Administración (IESA) estima que será de entre el 0% y el 2%. Se prevé que la inflación cierre en 30%. “Será año de moderación de crecimiento y más alta inflación que 2012, producto de la situación del control cambiario”, advierte el economista y profesor de este centro, José Manuel Puente. Oficialmente, los precios han aumentado 7,9% en el primer trimestre del año.

Venezuela tiene indicadores económicos muy por debajo del resto de los países del continente. “Principalmente por su incapacidad de atraer inversiones extranjeras”, dice Puente. De acuerdo con el Centro Económico para América Latina (Cepal), el país solo ha captado $ 14 mil millones en los últimos 14 años; una cifra baja si se compara con los $ 64 mil millones de Colombia y los $ 400 mil millones de Brasil, sus vecinos.

“El resto de América Latina entendió que hay cosas que puede hacer el sector público, pero se apalanca en la inversión privada. Tienes que generar un contexto macroeconómico de estabilidad”, explica Puente.

Chávez intentó controlar la alta inflación con regulaciones de precios, pero eso produjo la multiplicación de la escasez. Todo esto en un marco donde el flujo de divisas extranjeras está controlado desde hace 10 años.

Publicidad

Hay una sequía de dólares. A los viajeros apenas se les entregan $ 500 al año en efectivo, lo que se suma a un cupo de gastos con tarjeta de crédito que no puede exceder los $ 2.500 anuales y son aprobados de acuerdo al destino y el tiempo que se permanecerá en el exterior. Sin contar que el bolívar vale menos: en el último trimestre se aplicó una devaluación oficial ubicando el tipo de cambio a 6,3 bolívares por dólar, aunque en el mercado negro –del que no se puede hablar legalmente en Venezuela, porque se prohibió citar su cotización en los medios de comunicación– la divisa ha alcanzado en las últimas semanas un precio de compra de hasta 25 bolívares por dólar.

“No hay forma de ahorrar. El salario alcanza cada día para menos”, cuenta Daniel Rojas, de 30 años de edad y seis meses de casado. Asegura que en la compra mensual de un mercado para dos personas, sin lujos, puede gastar 3.000 bolívares ($ 476 en el mercado oficial y apenas $ 120 en el paralelo), la mitad de su sueldo como asesor empresarial en el área de comunicaciones. A eso hay que sumarle, al menos, alquiler, servicios y seguros médicos. “Es necesario votar para que se produzca un cambio, no es sostenible esta situación por mucho tiempo más”.

Quienes se han beneficiado de algunos de los programas sociales del chavismo, como Reina Luján, defienden las reivindicaciones. “Claro que faltan cosas por hacer, pero estamos avanzando”. Integrante del Frente de Mujeres del oficialismo, considera que es necesario mejorar las casas de cuidado, donde pueden dejar a sus hijos para ir a trabajar, y perfeccionar la protección a la mujer. Sobre la escasez y la inflación afirma convencida: “Es un problema de algunos comerciantes que especulan”.

En la provincia la situación es más crítica. A lo económico se le suman las constantes fallas eléctricas que se han ido incrementando en los últimos dos años. En Maracaibo, la segunda ciudad del país y capital del estado petrolero más importante, Zulia, se apaga la luz todos los días. “Son cortes programados, que deberían durar dos horas, pero a veces no ocurre así. Hay zonas críticas donde nos quedamos sin electricidad hasta por nueve horas”, comenta Sara Urdaneta, ama de casa que dice hacer maromas para sortear el calor que agobia a una temperatura habitual de casi 40 grados.

El caso de Maracaibo se repite en casi todas las ciudades del interior del país. En Caracas, no. “Son unos privilegiados”, critica Urdaneta. En la provincia ya no pueden confiar ni en los avisos de corte que programa la compañía estatal: “A veces la luz se va antes o después de lo previsto. Por eso es que hay tantos aparatos eléctricos dañados, porque aunque tomemos previsiones siempre nos toma de sorpresa. Eso no ocurre cuando viene Maduro, ese día no hay fallas”.

La herencia
En Venezuela se produjeron 5.483 protestas en el 2012, un promedio de 15 cada día. No se trata de actividades políticas. Fueron manifestaciones ciudadanas en busca de reivindicaciones sociales como la solicitud de viviendas y mejoras educativas, según la evaluación del Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS). Es la cotidianidad de un país en crisis. La mayoría fueron en reclamo de derechos laborales.

“Este repertorio de lucha emergente en los dos últimos años demuestra la desesperación de la población para obtener respuesta de las oficinas de gobierno”, dice Marco Ponce, coordinador del OVCS.

Los cinco lustros de la era de Chávez dejan una herencia complicada. Produjeron importantes transformaciones en la dinámica económica, principalmente en el tema petrolero. El Ejecutivo asumió el control completo de la estatal, limitó la inversión extranjera y aprovechó los ingresos para financiar sus políticas y programas sociales. Sin embargo, el país con las mayores reservas probadas de crudo del mundo retrocedió en sus niveles de producción: el año pasado logró extraer 2.991 millones de barriles diarios, casi 190.000 menos que en el 2011.

Chávez logró sortear esta realidad económica sin problemas, durante cada elección. Había, estima el analista político Manuel Felipe Sierra, una suerte de conexión religiosa con sus simpatizantes, que lo ayudaban a escapar de esta coyuntura.

“Por eso en esta campaña sí se han tocado estos temas”, opina, en referencia a Nicolás Maduro, quien ha prometido trabajar este año para superar esta difícil coyuntura.

Maduro planteó refundar la compañía eléctrica nacional, acusó a los empresarios de ser causantes de la crisis de escasez y de divisas, así como afirmó que el tema económico será central en su gobierno. Su contrincante, Henrique Capriles, lo desestima: “Venezuela tiene mucho petróleo, pero no llega adonde tiene que llegar”.

El último enfrentamiento en campaña fue por el aumento del salario mínimo, pues el chavismo prometió un alza escalonada entre mayo y noviembre del 40%; mientras el opositor dijo que lo haría de forma conjunta como su primer decreto presidencial. Habrá que ver si el bolsillo también vota hoy en Venezuela.

44,4%
NICOLÁS MADURO

Es la intención de voto que tiene el candidato oficialista, según una encuesta de Datanálisis. Cayó 9,3 puntos porcentuales entre el 4 y el 11 de abril.

37,2%
HENRIQUE CAPRILES

La misma compañía le da esta intención de voto al aspirante de la oposición, quien subió 1,6 puntos entre el 4 y el 11 de abril. Los indecisos llegan al 18,4%.

Apuntes: Potencia petrolera
Población

28,9 millones de habitantes.

Superficie territorial
912.050 kilómetros cuadrados.

PIB
$ 324.678 millones. La economía creció un 5% en el 2012, según datos del Banco Central.

Circunstancias monetarias
La devaluación de la moneda se realizó para permitirle al gobierno atender un déficit fiscal que se generó en parte por un creciente gasto público que saltó en más del 20% en el 2012. Antes, un dólar se compraba en 4,30 bolívares; ahora hay que pagar 6,30.

Inflación
En marzo se ubicó en 2,8%, elevando la tasa acumulada en los tres primeros meses del año al 7,9%.

Venezuela cerró el año pasado con una inflación del 20,1%, una de las mayores tasas de la región.

Desempleo e informalidad
Se ubicó en febrero en 7,6%, con más de un millón de desempleados. Un 40% de las 12’553.056 personas que estaban ocupadas en febrero laboraba en el sector informal (comercio ambulante y empleo doméstico).

Fuente: AFP