Basta una breve reflexión para descubrir que el significado de algunas palabras usadas en nuestra vida social es ambiguo. Les damos contenidos, o significados diversos. Entre tantas señalo:

Democracia. La democracia es gobierno del pueblo. Aristocracia es el gobierno de unos pocos, que se consideran los mejores. Para que el pueblo gobierne, se requieren varios elementos. Determinar de dónde venimos y adónde vamos. Se requiere que un creciente número de ciudadanos estudie los diversos elementos materiales, culturales, etcétera, y proponga proyectos a la aceptación consciente y libre de los ciudadanos. El conocimiento de los proyectos propuestos y la libertad para aceptarlos dan al voto olor y sabor de pueblo y no de sometimiento a una elaboración aristocrática, de los que por turno se consideran mejores. ¿Son fruto de democracia las acciones, en las que se ignoren raíces culturales de un pueblo? Cómo llamar la conducta de quienes distraen a los ciudadanos, dificultando su capacidad de reflexión, encerrándolos en las satisfacciones inmediatas del hoy, atrofiando su capacidad creativa, ignorando de dónde vienen y tratando de imponer adónde van? ¿Cabe el calificativo democrático al voto cautivo? ¿Es acaso votar dar a la aristocracia de turno un cheque en blanco?

Cómo llamar las políticas que asignen solo a un grupo el derecho de pensar y de elaborar, como representantes, proyectos, sin la participación de los ciudadanos, sin tener en cuenta su identidad, integrada con diversidad de valores? ¿Cómo llamar la política de los que, considerándose mejores, dueños y señores; por un lado reciben de todos los ciudadanos, también para la educación, impuestos proporcionados a sus bienes económicos; y por otro lado niegan la parte proporcional a los que escogen educación integral y libre de ideologías? Un nombre, que entre otros, calza a esta conducta es “aristócrata”. La aristocracia siempre ha sido vecina de la autoridad totalitaria. Piensan: ¡Nosotros somos los mejores! ¡Podemos y debemos imponer a los ciudadanos nuestra visión del mundo, del hombre y de Dios. Desde niños mejor!

Progreso. Progreso es paso adelante. Depende de hacia donde caminemos

a) Aborto. Para algunos el aborto es progreso, porque la mujer se da el derecho de extirpar de su cuerpo un “tumor”. Para quienes no se atribuyen el señorío sobre la vida humana –señalada como tal por la ciencia– es retroceso.

b) Libertad. Para unos libertad es desligar al yo de su origen y de la sociedad. Para otros desligar la libertad de la responsabilidad causa un retroceso de la sociedad.

c) Prescindencia de Dios. Para algunos la sociedad que prescinde de Dios, o lo niega, es progresista porque piensan que Dios oscurece, o limita a su yo. Para otros es retroceso porque Dios es fuente de energía y solidaridad.

d) Igualdad. Igualdad hacia abajo, o hacia arriba. Unos, subiendo con esfuerzo y solidaridad; otros, bajando por inercia. Unos y otros dependen también de las estructuras.

Un punto de referencia es indispensable, para exponer con diafanidad el significado, que damos a las palabras. A veces se mantiene demagógicamente la ambigüedad de significado.