La Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (Coica) exhortó a las autoridades del Estado ecuatoriano a ampliar las medidas cautelares de protección a los pueblos no contactados, a propósito de las muertes suscitadas en Yarentaro (Orellana) de dos ancianos huaoranis por parte del clan taromenane y, en venganza, de un número indeterminado de taromenanes.

Estos hechos se registran en una zona en la que rigen medidas cautelares otorgadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en el 2007, para proteger a los no contactados (taromenanes y tagaeris). En respuesta, el Estado ecuatoriano creó el Plan de Medidas Cautelares en el 2007.

“Los dos últimos acontecimientos (ataque a ancianos y venganza por su muerte) ocurridos en territorio huaorani y taromenane del Parque Nacional Yasuní, no son más que el reflejo del incumplimiento por parte del Estado de los derechos garantizados en instrumentos internacionales y en la propia Constitución...”, cita el documento de la Coica, formada por entes que representan a indígenas de nueve países, cuyos delegados se reunieron en Santa Cruz (Bolivia).

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Este es uno de los varios manifiestos que se dan luego de los ataques, a los que la ministra de Justicia (e), Carmen Simone, calificara como “un enfrentamiento entre clanes indígenas”, del que el Estado no es el responsable. Inclusive el número de muertos taromenanes, que según dirigentes huaoranis serían 30, no se ha determinado.

Pero, ¿hay responsabilidad del Estado en este caso?

Elsie Monge, directora ejecutiva de la Comisión Ecuménica de Derechos Humanos, considera: “Estas supuestas muertes son el efecto, pero hay que ver la raíz, vienen del extractivismo, del plan de desarrollo extractivista, y que a través de las concesiones se sigue incursionando en el territorio de los no contactados, como son los taromenanes y tagaeris”.

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Agrega: “Ellos se sienten amenazados, desesperados, con todo el tema de la explotación petrolera. El suelo, el agua, el aire están contaminados, lo que afecta a la pesca, a la caza, a lo que viven. Ellos no entienden todo lo que pasa, con todo ese ruido de los compresores”.

Monge señala que el Estado podría ser inculpado “por un genocidio por omisión, pues no se los protege, todo lo contrario, las concesiones favorecen a intereses económicos y perjudica a todos los que viven ahí por generaciones”.

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“Ese calificativo de genocidio por omisión, porque no se viola el derecho de los seres humanos directamente, por una acción directa, pero si es que no se protege, en este caso a los pueblos indígenas, se está cometiendo un genocidio por omisión. Entonces yo creo que ahí sí tiene responsabilidad el Estado”, agrega.

En cambio, Juan Pablo Albán, exoficial adjunto de la CIDH, aclara que no se termina de entender los hechos que se produjeron. “Obviamente habría una responsabilidad indirecta del Estado en el sentido de que el principio de la confrontación tiene como raíz el desplazamiento de estas comunidades en la inconsistencia de procesos de explotación de recursos. Así ellos tienen que moverse de sus territorios ancestrales hacia otros territorios y en esa dimensión pudiera trasladarse la responsabilidad al Estado”.

Pero ahora, en este momento no hay una responsabilidad estatal, refiere. ¿Por qué? “Porque como este acto ha sido cometido por particulares, el Estado todavía está a tiempo de identificar a los responsables, emprender procesos judiciales, sancionar, etcétera, en cuyo caso la responsabilidad de esos particulares no puede trasladarse al Estado”.

La Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) amenazó con reactivar una demanda contra el Estado por etnocidio.

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Misa por víctimas

Organizaciones ambientalistas e indígenas organizan hoy una misa campal por las muertes de indígenas taromenanes, tagaeris y huaoranis. Se efectuará de 11:00 a 14:00, en las afueras del Ministerio de Recursos no Renovables, en el norte de Quito.

Marcha

En Orellana habrá un acto, a las 09:00 de mañana, en la Catedral de Coca, y, a las 10:00, una concentración en el malecón de esa ciudad.