Para esta semana se espera el informe de una comisión de la Armada que investiga las causas de la explosión y posterior hundimiento de la estación guardacostas móvil Río Cuyabeno, suscitado el pasado 2 de abril a 800 metros de las costas del norte de Esmeraldas.

Aunque el alto mando de la Marina no se ha pronunciado sobre qué hacían en esa embarcación dos menores de edad que inicialmente estuvieron desaparecidos tras el accidente y cuyos cuerpos fueron hallados días después, el presidente Rafael Correa, en su enlace del sábado, aseguró que ese tema se está averiguando.

Esta tragedia, que no se precisa ni descarta si fue una falla mecánica o atentado, dejó en total cuatro muertos (además de los jóvenes de 16 años, el marino Danilo Manzano y el civil Francisco Huacón), y otros tres uniformados con heridas menores, según la Armada.

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Correa agregó que hay versiones de que los menores fueron a acompañar al papá de uno de ellos, Paco Sancán, quien trabajaba en la empresa que hacía mantenimiento, pero que hay otras que dicen que serían trabajadores de esta, lo que, en su opinión, “sería muy grave”.

Fuentes de la Armada señalaron que una vez que terminen las investigaciones por la explosión en la base de Esmeraldas, en caso de comprobarse que fue producto de un accidente, verificarían dónde estuvo la falla y harán una revisión total de las otras dos guardacostas: en Puná (Guayas) y la Río Yahuarcocha, a unos 120 km de la playa de Puerto López (Manabí).

Habitantes del cantón manabita, como Maruja Lucas, vendedora de artesanías, dijeron que desde que se instaló esa guardacosta móvil, en el 2010, desconocen para qué estaba construida. “Para nosotros es un punto más de los retenes navales que hay en la zona”, dijo el pescador Indalecio Mero.

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El capitán de puerto de Manta, José Marco Vaca, no proporcionó detalles de esta embarcación y dijo que es personal de la base de guardacostas en Guayaquil el autorizado a hablar.

Estas estaciones fueron creadas como sitios estratégicos para el control de actividades ilícitas que se puedan dar en el Litoral. Además son utilizadas como apoyo logístico para reabastecer de combustible y agua a las lanchas guardacostas.

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Las instalaciones de estas naves son similares: de tres pisos, instalaciones para bodegas, camarotes, cocina y sala de descanso y control. Cada una puede albergar hasta a 28 personas, explicó personal de la Marina.

En tanto, familiares de las víctimas exigen respuestas por las muertes. Parientes de Miguel Escalante Suárez, uno de los jóvenes, dicen desconocer la forma como se lo dejó ingresar a la base naval siendo menor de edad y sin saber nadar.

Paco Sancán, quien fue contratado por la empresa Master Soft para que realice labores de mantenimiento, dijo que llevó a Escalante junto con su hijo Gabriel Sancán, de 16 años y fallecido, solo para que conozcan Esmeraldas. Sin embargo, Blanca Suárez, madre de Escalante, aseguró que su hijo le había dicho que iba a trabajar.

Mientras, familiares de Manzano anunciaron que el caso lo llevarán a instancias judiciales.

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