Fue en los Estados Unidos donde se publicó por primera vez El Principito, un día como hoy, hace 70 años. Desde entonces ese pequeño libro comenzó a circular y con el tiempo se ha convertido en una de las obras más traducidas a diversos idiomas y más conocidas también.

Se lo etiqueta como literatura infantil, pero en realidad es un libro para todas las edades. Es una metáfora de temas tan profundos como el sentido de la vida, la amistad y el amor.

Escrito e ilustrado por el escritor francés Antoine de Saint-Exupéry, El Principito cuenta la historia de un piloto de avión que luego de realizar un aterrizaje forzoso en el desierto de Sahara se encuentra con un niño que dice ser un príncipe de un planeta lejano, en el que hay tres volcanes y una rosa. Su idea es explorar otros mundos.

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Es así como el niño visita seis planetas, cada uno habitado por un personaje: un rey, un vanidoso, un borracho, un hombre de negocios, un farolero y un geógrafo, los cuales, a su manera, demuestran lo vacías que se vuelven las personas cuando se transforman en adultas.

“Las personas mayores nunca son capaces de comprender las cosas por sí mismas, y es muy aburrido para los niños tener que darles una y otra vez explicaciones”, dice el Principito.

Encierra una gran lección lo que señala el rey sobre el poder en su encuentro con el pequeño visitante: “Solo hay que pedir a cada uno lo que cada uno puede dar”, afirma. Y continúa: “La autoridad se apoya antes que nada en la razón. Si ordenas a tu pueblo que se tire al mar, el pueblo hará la revolución. Yo tengo derecho a exigir obediencia, porque mis órdenes son razonables”.

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El último personaje al que conoce el Principito es el geógrafo, quien le recomienda viajar a un planeta llamado Tierra, donde, entre otras experiencias, observa a una serpiente y a un zorro, y al mismo aviador. El zorro, uno de los personajes principales del cuento, ahonda en los lazos afectivos que se crean con la constancia, con el día a día, y que él llama domesticar: “Los hombres ya no tienen tiempo de conocer nada. Lo compran todo hecho en las tiendas. Y como no hay tiendas donde vendan amigos, los hombres no tienen ya amigos. ¡Si quieres un amigo, domestícame!”, dice.

Cada uno de los diálogos revela una profunda filosofía. Exupéry, el autor del libro, también era piloto y un año después de publicar este relato su avión desapareció en el Mediterráneo. Era la época de la Segunda Guerra Mundial. En el 2004, poniendo fin a un misterio que se prolongó por años, un equipo de submarinistas franceses encontró restos del desaparecido avión que pilotaba el novelista.

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Desde su publicación, el relato El Principito ha sido llevado al teatro y al cine en varias oportunidades. La más relevante adaptación fue la versión musical con estrellas de Hollywood, entre las que se contaba a Gene Wilder, Joss Ackland y Bob Fosse.

El Principito, esa pequeña joya literaria del siglo XX, cuenta también con una serie de dibujos animados. Olivier d’Agay, sobrino-bisnieto de Antoine de Saint-Exupéry, apostó por recrear el clásico cuento infantil, levantarlo en tecnología 3D y meter el relato del viaje interplanetario del pequeño príncipe en una serie animada de 24 episodios. La pasión por este personaje llega hasta Japón, país donde el Principito cuenta con un museo, un indicio más de la universalidad de su mensaje, que es una mezcla de candidez y profundidad.

Hoy, El Principito arriba a su 70º aniversario. Y aunque es septuagenario, conserva esa alma de niño que los adultos suelen perder al crecer. Este Principito sabe que “solo los niños saben lo que buscan”. Y que “solo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible para los ojos”.

Actividades
La editorial francesa Gallimard presentará una biografía de Saint-Exupéry y una versión en cómic del libro. Ya lanzó una novela gráfica adaptada a dispositivos informáticos táctiles. Y la editorial estadounidense Reynal & Hitchcock lanzará un audiolibro leído por el actor Viggo Mortensen.

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Testimonios
María Mercedes Cuesta, presentadora de TV
Regalo de su papá

“Fue el primer libro que leí. Me lo regaló mi papá. El Principito me enseñó que la felicidad está en las cosas sencillas y a valorar cosas como la amistad, que no tiene precio. Y a cuidarlas como el Principito cuida a su rosa”.

Beatriz Gil Parra, cantante
Me gusta su ternura

“Tiene un lenguaje sencillo y sabio, y una filosofía que se puede aplicar en la existencia diaria. Cada capítulo es una enseñanza nueva. La conversación con el rey, con el zorro, con todos. Me gusta por su ternura y por la profundidad de su simpleza”.