Periodista y coautora, junto con Alberto Barrera, del libro Hugo Chávez sin uniforme: una historia personal, Cristina Marcano asegura que lo que hoy vive Venezuela es un mito desbordado creado alrededor de la figura del presidente Hugo Chávez, fallecido hace un mes víctima de cáncer. Es así a tal punto, señala, que el candidato presidente Nicolás Maduro está consciente de que la gente en realidad no votará por él sino por Chávez, un militar de origen humilde que pasó “catorce años autobiografiándose en vivo” para crear ese mito.

¿Cómo nació ese culto a la personalidad de Chávez?
Nació en realidad como autoculto a la personalidad. Desde el poder, el propio Chávez desarrolló un liderazgo personalista y se encargó de construir su propio mito invirtiendo mucho tiempo y no pocos petrodólares. Nunca se había visto una operación propagandística de exaltación de un gobernante como la que desarrolló Chávez. Imprimió su huella a todo: desde el nombre del país hasta la bandera, el escudo nacional y el huso horario. Chávez pasó 14 años autobiografiándose en vivo, sumando cada día un nuevo recuerdo, adornando una nueva anécdota, comparándose con el Libertador. “Simón Bolívar regresa cada 200 años”, solía repetir. Hoy vemos ese mito desbordado en dos niveles. Uno genuino y popular, el de sus seguidores más humildes, que lo consideran su benefactor. Y otro, bastante delirante y grotesco, fabricado por el aparato estatal con fines proselitistas en el que se pretende santificarlo como “Cristo redentor de los pobres de América” y “Segundo Libertador de la patria”, en el que se explotan los sentimientos de duelo para obtener provecho electoral.

¿Cuánto perdurará este mito?
Es imposible saberlo. Lo más probable es que se mantenga vivo unos cuantos años, especialmente si sigue siendo reforzado desde el poder y si el chavismo sigue siendo la principal fuerza política del país. Pero el tiempo y la historia harán su trabajo y la figura de Hugo Chávez, vista a la distancia, no será dentro de cien años lo que es hoy.

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Pese a la difícil situación económica, su popularidad no se afectó, ¿por qué?
Vista en el tiempo, la popularidad que se mide con votos sí sufrió una erosión. En el 2006 fue reelegido con 63% de los votos y en el 2012 con 55%. En seis años perdió ocho puntos porcentuales y su ventaja sobre la oposición se redujo de 25,9% a 10,6%. Es innegable que murió siendo muy popular por varias razones. Uno, la bonanza petrolera que permitió los subsidios y las misiones, que sembraron la esperanza de que algún día el comandante te daría tu casa amoblada y el paraíso terrenal. Dos, su carisma y su empatía con los pobres. Tres, su habilidad para separar la gestión de gobierno, la ineficiencia, de su figura. Con su labia envolvente, Chávez lograba ubicarse en otro plano, en el que no era responsable sino víctima de los desatinos de su propio gobierno. Y cuatro, la gigantesca propaganda sostenida por su gobierno.

¿Se podría hablar de una doctrina chavista?
Ya se habla de eso y hay cátedras para estudiar su pensamiento. Para mí no existe tal. Chávez tomó elementos de aquí y de allá, a veces incluso contradictorios –marxismo y religión, poder popular y control central– y los mezcló de acuerdo al momento político y a su conveniencia. A juzgar por la historia diría que no hay una doctrina original, nada que no se asemeje a otros liderazgos personalistas, caudillistas y populistas con sus peculiaridades.

¿Cuáles son las características que Maduro imita de Chávez?
Hablaría más bien de cuáles son las que no imita para no hacer la lista tan larga. Maduro se anula y se mimetiza con Chávez. Es el propósito de la campaña electoral, como bien lo grafica una propaganda donde su rostro desaparece en el de Chávez. Está consciente de que la gente en realidad votará no por él sino por Chávez. Tal vez después, si gana, veremos asomar su propia voz, su propio estilo. Si acaso hay algo que no hizo su mentor en campaña y que él está haciendo, obligado por la realidad, es reconocer que la inseguridad es un grave problema, aunque lo atribuye al capitalismo y a las series de televisión gringas, lo cual no le augura mucho éxito en el combate a una delincuencia que opera muy a sus anchas.

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¿Cree que Chávez podría ser a Venezuela lo que Domingo Perón es a Argentina?
Eso está por verse. En este momento todos aseguran ser fieles intérpretes del proyecto de Chávez y tienen una suerte de torneo verbal para ver quién es más chavista. Es probable que más adelante se definan y convivan, distintas tendencias bajo el paraguas del chavismo como sucedió con el peronismo. Sin embargo, hay un elemento que, en principio, distancia al chavismo del peronismo y es que este último se jactaba de ser un modelo ideológicamente independiente, ni capitalista ni comunista. Mientras que el chavismo está claramente atado al pensamiento socialista más atrasado del siglo XX y al modelo cubano. Y apartarse de esa línea y de esa influencia sería interpretado por los talibanes del chavismo como una traición al padre.